7 de julio de 2011

Pantallas y Hojas

A veces las hojas de papel parecieran campos completos de blancura. A veces los monitores de las computadoras lucen gigantescos como pantallas de cine. Eso sucede cuando en vez de ser recipientes donde vertir todo lo que a uno le sale de la cabeza, se convierten en espacios por llenar a plumazos o tecladazos forzados. Y la página se queda a solas con el consejo aquel de “si no tienes nada qué escribir, escribe que no tienes nada qué escribir”.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Exactamente, y ahora sólo nos entretenemos leyendo un montón de nada.

Valencia Nájera dijo...

Antifav.

Guz Alcalá dijo...

No tengo nada que escribir.

Anónimo dijo...

Por esto en las entradas antiguas no hay U después de la Q.

http://gusopuntocom.blogspot.com/2005/01/charros-y-grillos.html

Las letras también se enojan.

Anónimo dijo...

Mis dedos titubean y al final son tan indecisos como yo cuando al final no hay nada que escribir.
Personalmente... entro en pánico.
¿Será que nos hemos dado totalmente en otro escrito o que las musas nos abandonan de vez en cuando?
De la primera, no estoy segura.
Saludos,
@NotAnother1ofU