A veces las hojas de papel parecieran campos completos de blancura. A veces los monitores de las computadoras lucen gigantescos como pantallas de cine. Eso sucede cuando en vez de ser recipientes donde vertir todo lo que a uno le sale de la cabeza, se convierten en espacios por llenar a plumazos o tecladazos forzados. Y la página se queda a solas con el consejo aquel de “si no tienes nada qué escribir, escribe que no tienes nada qué escribir”.
5 comentarios:
Exactamente, y ahora sólo nos entretenemos leyendo un montón de nada.
Antifav.
No tengo nada que escribir.
Por esto en las entradas antiguas no hay U después de la Q.
http://gusopuntocom.blogspot.com/2005/01/charros-y-grillos.html
Las letras también se enojan.
Mis dedos titubean y al final son tan indecisos como yo cuando al final no hay nada que escribir.
Personalmente... entro en pánico.
¿Será que nos hemos dado totalmente en otro escrito o que las musas nos abandonan de vez en cuando?
De la primera, no estoy segura.
Saludos,
@NotAnother1ofU
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