Repentinamente iluminado, el Presidente de México finalmente ha dado con la causa de las adicciones en nuestro país: la gente no conoce a Dios. La mentadísima guerra contra el narcotráfico que tan cara y dolorosa ha sido para la sociedad, finalmente terminará. Ubicadas las raíces del problema, su erradicación es ahora sólo una cuestión de tiempo.
Ya se están realineando las estrategias. Millones de catequistas de toda la República están siendo reclutados para conformar el ejército evangelizador más poderoso jamás congregado. Tiemblen, narcotraficantes... muy pronto a nadie en este país le va a interesar consumir las porquerías con que envenenan a nuestros niños. Ahora que todos conozcan a Dios, su negocito sucumbirá.
Ya se están realineando las estrategias. Millones de catequistas de toda la República están siendo reclutados para conformar el ejército evangelizador más poderoso jamás congregado. Tiemblen, narcotraficantes... muy pronto a nadie en este país le va a interesar consumir las porquerías con que envenenan a nuestros niños. Ahora que todos conozcan a Dios, su negocito sucumbirá.