tag:blogger.com,1999:blog-88052902024-03-23T10:43:25.682-07:00Guso Punto ComUn blog sin faltas de ortografíaUnknownnoreply@blogger.comBlogger1029125tag:blogger.com,1999:blog-8805290.post-76954726252016685962024-02-18T12:43:00.000-07:002024-02-18T12:43:01.924-07:00Cafés y metralletas<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDv2lFLJ83uAsULvvY0vU8MNRJGGec6dfSTQdPVAC4YYTkwctA1OuDVY4Jx62yLWftJ-iyKwq-w6Fk6ZzvMq3vN_SbP_2MxWqBh9MrAPjhG8S5QgXrL8HkriXEpjQzUNxHJbh6V9QhNJiH20N5MDiu3VBV2VX4H_FEnQ8DAM7CtkCFRhMRRI7M5Q/s974/Metralletas.png" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="812" data-original-width="974" height="167" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDv2lFLJ83uAsULvvY0vU8MNRJGGec6dfSTQdPVAC4YYTkwctA1OuDVY4Jx62yLWftJ-iyKwq-w6Fk6ZzvMq3vN_SbP_2MxWqBh9MrAPjhG8S5QgXrL8HkriXEpjQzUNxHJbh6V9QhNJiH20N5MDiu3VBV2VX4H_FEnQ8DAM7CtkCFRhMRRI7M5Q/w200-h167/Metralletas.png" width="200" /></a></div>El café Bernardi de la Cantera estaba parapetado por tres Suburbans estacionadas de reversa y cuatro tipos armados frente a la puerta. Si las circunstancias de tu vida son tales que es necesario que tres camionetas y al menos cuatro personas armadas –no sé si había más adentro– te sigan a todas partes, ¿de verdad tienes tienes tienes que llegar al Bernardi? ¿No puedes hacer tu reunión en algún otro lugar?<p></p><p><br />Algo parecido pensé cierta vez que vi a una señora haciendo sus compras en un Alsuper, seguida de cerca por dos custodios. Mi lógica es que primero se contrata a una persona que se hace cargo del aseo y la comida de la casa, luego una segunda que asiste en lo mismo, luego un chofer, luego una persona que hace reparaciones generales del hogar y se encarga de hacer algunos mandados y luego, ahora sí, los guardaespaldas. Así que si tienes guardaespaldas, seguramente tienes a más de una persona que podría hacerse cargo de tus compras del súper. ¿Tienes que andar paseando las pistolas así por todos lados?</p>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8805290.post-84847853023952361442023-12-12T18:24:00.001-07:002023-12-12T18:24:36.333-07:00Álbumes e imprecisiones<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEifPQdhEWYGxmGFQgsfhXP3spqJ4bAX9LzJr_Fqe5rSg6BBOyYoT76fYk3sU1T086uEXu0qHwbK2YBVyli0vxlWCQY2RRjcZT0VXuLNK2VSLbxamTd5HXZmoxuGtkRzVfZch7RtYk64wngA4aO0GwMWBXit4PduKT5IMc3cCmddcAsVlLxHiDiK_Q/s592/IMG_1182.jpeg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="475" data-original-width="592" height="161" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEifPQdhEWYGxmGFQgsfhXP3spqJ4bAX9LzJr_Fqe5rSg6BBOyYoT76fYk3sU1T086uEXu0qHwbK2YBVyli0vxlWCQY2RRjcZT0VXuLNK2VSLbxamTd5HXZmoxuGtkRzVfZch7RtYk64wngA4aO0GwMWBXit4PduKT5IMc3cCmddcAsVlLxHiDiK_Q/w200-h161/IMG_1182.jpeg" width="200" /></a></div><br />Sabía que Graham Coxon había publicado uno o dos álbumes como solista, pero ninguna tienda de la ciudad los tenía en su catálogo y sólo había logrado descargar dos canciones de Napster y ni siquiera estaba seguro de que fueran del mismo disco. Entonces recurrí a mi traficante de música pirata, un tipo al que le decían El Chuchuwá y al que le pagaba por quemarme discos con archivos bajados de la Internet. Luego de algunos días me entregó un CD-R con el <i>The golden D</i>, el segundo álbum solista de Graham. En poco tiempo la crudeza y rabia precoz del trabajo lograron que el disco fuera de mis favoritos, una producción que me excitaba e incomodaba desde que le daba play hasta que el visor del reproductor parpadeaba con dos rayas horizontales.<p></p><p>Los fines de semana tocaba (canciones deplorables) en un restaurante bar de la ciudad. Cada viernes, el baterista de la banda y yo intercambiábamos discos que nos quemábamos el uno al otro. Las entregas eran casi siempre recomendaciones, un ejercicio de Ten, creo que esto podría interesarte. Pero a veces también nos dábamos álbumes nuevos que sabíamos que el otro estaba esperando, conseguidos con antelación por filtraciones. Así fue que me entregó un CD-R con el <i>Demon days</i> de Gorillaz, de los pocos álbumes que me han encantado en su totalidad desde la primera reproducción.</p><p>Meses después me hice de una copia legítima del disco de Gorillaz, una edición especial con un empaque que se abría como cartel. Cuando puse el disco y llegué a la tercera pista, me desconcertó que esta no era un breve pasaje de apenas veinte segundos, sino una canción completa. La primera opción no resultaba algo impensable, ya que desde Blur Damon solía incluir pasajes efímeros entre canciones. Mi amigo baterista había descargado la canción incompleta y así la escuché durante casi un año.</p><p>Luego de más de diez años de escuchar y escuchar el <i>The golden D</i> en el disco quemado que le compré a Chuchuwá, me mudé a los servicios de música reproducida en línea y eventualmente puse el álbum. Además de tener una mejor definición (los mp3 en 56 kbps son ciertamente toscos), el disco ¡tenía otro orden! De eso ya han pasado también más de diez años y todavía me desconcierta reproducirlo y que lo primero que suene sea “… Jamie Thomas” y no “The fear”, y hay al menos otros tres temas que me siguen sorprendiendo cuando aparecen porque espero otros.</p><p>Hace poco pensaba en todo esto y apenas caí en cuenta que mis dos álbumes imprecisos eran de integrantes de Blur. </p>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8805290.post-58367967889765484682023-10-24T07:55:00.004-07:002023-10-24T07:55:25.426-07:00Álbumes y contemporaneidades<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEifKRI0JxnOuvsbCNBczy1ysCOjNJYhZ7d5b-5XirInTYtBPrzoIjbbialofWtiOPG7j0K_V-Er2lbwAe_5I-D9mu4RZ_txRpcAEn0S8r951PdAiVfkra-LslukJ3CcTCbL-_nr4mtlzhwIwtmkuL2hwzxzy0dUhbeAkw6S2mfVH1sUHUQYIS-wvA/s255/Playera%20de%20Nirvana.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="197" data-original-width="255" height="155" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEifKRI0JxnOuvsbCNBczy1ysCOjNJYhZ7d5b-5XirInTYtBPrzoIjbbialofWtiOPG7j0K_V-Er2lbwAe_5I-D9mu4RZ_txRpcAEn0S8r951PdAiVfkra-LslukJ3CcTCbL-_nr4mtlzhwIwtmkuL2hwzxzy0dUhbeAkw6S2mfVH1sUHUQYIS-wvA/w200-h155/Playera%20de%20Nirvana.jpg" width="200" /></a></div>Cuando tenían seis años, mis hijos gemelos se pusieron unas playeritas de Nirvana y pues les pedí que me mencionaran tres álbumes de la banda. Así me respondieron:<p></p><p>Me dijeron: Papá, ¿por qué asumes que el goce emocional y estético de la música de Nirvana, o de cualquier banda, tiene que estar vinculado a datos que se pueden ver en Wikipedia?</p><p>Me dijeron: Porque ni siquiera estamos hablando de un ejercicio intelectual o de una apropiación cognitiva, saberse los álbumes es como saberse los nombres de los cuadros y con eso asumir que podemos comprender la obra.</p><p>Me dijeron: Y mira, el formato del álbum ya no es relevante para personas como nosotros que siempre hemos tenido toda la música a nuestro alcance y podemos tocarla cuando queramos y ordenarla como mejor nos convenga.</p><p>Me dijeron: ¿Por qué hoy, en pleno 2023, tendría que interesarnos el orden que Kurt, Krist y Dave le dieron a, por ejemplo, el <i>Nevermind</i> en 1991?</p><p>Me dijeron: Y eso si asumimos que fue la banda quien ordenó los álbumes y no el productor, o ¡quién sabe!, la disquera.</p><p>Me dijeron: Hoy nuestra realidad es otra. ¿Por qué pensarías que el contexto que le daremos a estas canciones será el mismo o parecido al que tuvieron tú y tus amigos en el 1989 del <i>Bleach</i>, el 1991 del <i>Nevermind</i> o el 1993 de el <i>In utero</i>?</p><p>Me dijeron: Con toda la música que tenemos a nuestro alcance, podemos crear nuestra propia curaduría musical, respondiendo a nuestra realidad, a nuestros momentos, a nuestras emociones, nuestras experiencias, nuestras ideas.</p><p>Me dijeron: Le agradecemos a Nirvana por haber creado estas canciones y respetamos su legado, pero la música ahora es nuestra y la experiencia de escucharla queda bajo nuestro control.</p><p>Me dijeron: Además, ahorita queremos escuchar “Baby shark”.</p>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8805290.post-55722754659931875852023-08-08T07:56:00.006-07:002023-08-08T12:47:44.934-07:00Bares y concordancias<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjdODeYC0Q-vvXYGS_YIZv-nWPcYDMBdeK9KkjUjsEmNycwsDlPLTDNu3ahQIWCuKyAbEtQV4bS6yz8bOnLRg0Q7ehDHUMbPKJlqRuhk81xeE2KDgUzMGYe0hxuoqU-gO9CNYQRm4pXeM9somjoi9f62uO2P5dvGHKqhBiFxrfGyFIsp2w7P7iC9A/s217/Cerveza.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="217" data-original-width="188" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjdODeYC0Q-vvXYGS_YIZv-nWPcYDMBdeK9KkjUjsEmNycwsDlPLTDNu3ahQIWCuKyAbEtQV4bS6yz8bOnLRg0Q7ehDHUMbPKJlqRuhk81xeE2KDgUzMGYe0hxuoqU-gO9CNYQRm4pXeM9somjoi9f62uO2P5dvGHKqhBiFxrfGyFIsp2w7P7iC9A/w173-h200/Cerveza.jpg" width="173" /></a></div>Estos son los aspectos que Anthony Bourdain considera que debe tener un buen bar y con los que estoy de acuerdo.<p></p><p>La cercanía es importante. Geográfica y socialmente. Un bar no empieza a gustarme porque los empleados me conocen y me saludan: los empleados me conocen y me saludan porque el bar me gusta. Esa es la cercanía social. En cuanto a la geográfica, la ubicación te debe ser familiar y accesible. Siempre contempla con anticipación tu ruta de regreso a casa.</p><p>Los barristas son importantes. Claro, claro: está la estereotípica figura del cantinero que es además terapeuta. Pero aquí hablamos de tener atrás de la barra a alguien que sepa identificar tus necesidades y satisfacerlas. Aprecio mucho que cuando llego a la barra ya esté la cerveza helada esperándome porque me vieron entrar con calor. Aprecio muchísimo cuando me recomiendan probar algo que luego en efecto me gusta.</p><p>La música es importante. A mí me gusta conversar en un bar, así que me encabrona cuando tienen la música muy fuerte. He estado atrapado en bares donde de plano hemos creado un grupo de WhatsApp de la mesa para poder comunicarnos. Las playlists con versiones bossa nova de lo que sea son terribles. Las playlists prefabricadas, facilonas y trilladas son terribles. Y si llegas a escuchar un anuncio de YouTube o de Spotify, abandona el lugar de inmediato.</p><p>El horario es importante. Hay quienes gustan de quedarse en el bar hasta muy entrada la madrugada. Hay quienes preferimos ir por la tarde. “El bar de día es doble bar”, digo siempre. Los tiempos deben estar alineados. Que tengan servicio a la una de la tarde es imprescindible para ver la Champions.</p><p>La botana es importante. No necesitamos forzosamente un menú bistro o gourmet, pero sí cositas ricas, hechas con cuidado y pensadas para darnos gusto y no para llenarnos o entretenernos. Una buena hamburguesa siempre es bien recibida: robusta, honesta, grasosa.</p><p>Los distractores son indeseables. Vamos a un bar a beber. Cualquier cosa que interfiera con esa experiencia es una mala señal. Bares temáticos… ¿qué más tema necesitas que una buena bebida? Bares con música en vivo, bares con karaoke, bares a los que entras por un refrigerador… no, no y no. Algunas de esas cosas van en los centros nocturnos, algunas otras van en un parque de diversiones.</p>Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8805290.post-58032886460480512712023-04-14T10:30:00.004-07:002023-04-14T10:30:56.221-07:00Fotos y copias<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjXbMEL7LvLTZxY7H-UZ7pvoHWnj85yaf8twW0iT6lDdbe55GUtbDMUB5n5Q-1iBvixIchOPzwvTywiw-UZLAxVN-JUGG1uVpB8ctM_kJmh_67aabPTnybPYf6Hl7gdcVgPcq76BYOz4UXG1PwZPh4ezyiJ4kclkYNJ8L6Gbu0CGRFsL-Z8v8U/s320/A.png" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="216" data-original-width="320" height="135" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjXbMEL7LvLTZxY7H-UZ7pvoHWnj85yaf8twW0iT6lDdbe55GUtbDMUB5n5Q-1iBvixIchOPzwvTywiw-UZLAxVN-JUGG1uVpB8ctM_kJmh_67aabPTnybPYf6Hl7gdcVgPcq76BYOz4UXG1PwZPh4ezyiJ4kclkYNJ8L6Gbu0CGRFsL-Z8v8U/w200-h135/A.png" width="200" /></a></div><br />Que unas fotos tamaño infantil para el trámite. Que lo más fácil es ir a una cadena de farmacias. Ahí voy. Sigo las instrucciones y luego luego transfiero las fotos de Damián y de Saúl al aparato. Comienzan los problemas: tengo las dos fotos en pantalla, pero no me permite hacerlas tamaño infantil. Me da pena pedir ayuda: ¿cómo no voy a poder hacer esto? Finalmente acudo a un dependiente que, fastidiado, viene a auxiliarme. Aborda el asunto con cara de otro ñor que no le sabe picar, pero pronto se da cuenta que en efecto hay algo raro y lo asume como reto. Lo va a lograr, dice. Pero luego de casi diez minutos se rinde y va por Fer, el wey que más le sabe en toda la farmacia. Llega Fer y pone manos a la obra. No entiende por qué no se puede: unas rayas rojas deberían ponerse verdes al moverlas ahí y no está pasando eso. Con las cejas apretadas y mordiéndose la lengua sigue manipulando el aparato. Luego abre los ojos bien grandes. Grita que ahí fue, que ya va a salir. Y cierra la sesión. Le digo que falta el otro. Pregunta que si cuál otro. Le digo que el otro niño, que son dos fotos, que son gemelos. Dice no manches, pensé que era la misma foto dos veces. Volvemos a empezar.<p></p>Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8805290.post-59538158537225179902023-03-18T16:33:00.003-07:002023-03-18T16:33:21.243-07:00Opresiones y rebeliones<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjuMANDDrwVhFGTD7gkRK8f45I4643jeMj6ixUVg8KV_AGXOV1dkb99RT9Y4HNJYT6Jzea8YMzBMXDfA9i5fLO0wHECszdyeGb-nlQgqIwFT-k--ImFxdHqWWxpgDRwZtEBIVW8rzFKfzR_dTz26lddU202hCukmz5DqO6400o_J8GdZ3bbaqg/s450/pivden160300079.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="450" data-original-width="450" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjuMANDDrwVhFGTD7gkRK8f45I4643jeMj6ixUVg8KV_AGXOV1dkb99RT9Y4HNJYT6Jzea8YMzBMXDfA9i5fLO0wHECszdyeGb-nlQgqIwFT-k--ImFxdHqWWxpgDRwZtEBIVW8rzFKfzR_dTz26lddU202hCukmz5DqO6400o_J8GdZ3bbaqg/w200-h200/pivden160300079.jpg" width="200" /></a></div><br />Víctor me bulleaba aunque él estaba en quinto y yo en sexto. Salíamos en el mismo cuadro de un festival de la primaria y en los preparativos no me dejaba en paz. El día del ensayo general, en el teatro, esperábamos nuestro turno para pasar al escenario. Víctor estaba sentado en una mesa y yo en el suelo abajo de él. Cada vez que la maestra salía –y salía muchas veces–, Víctor me pegaba en la cabeza con una chamarra y todos se reían. Yo sólo me quedaba ahí, pasmado, sin reaccionar, o intentando que no se me notara ninguna reacción. La maestra volvió a salir y un instante yo estaba cerrando los ojos y endureciendo los músculos del cuello esperando el chamarrazo y al siguiente estaba encima de Víctor, que tumbado sobre la mesa intentaba cubrirse de la ráfaga de golpes que le tundía en la cara. <p></p><p>Esta no es una de esas historias donde el niño oprimido un día se rebela contra su abusador y entonces este lo deja en paz para siempre. Esas historias casi no pasan. Las cuentan mucho los papás, pero casi no pasan. En cuanto me quitaron de encima de Víctor me arrepentí. No supe cómo había llegado a eso, pero había sido muy mala idea. Víctor y sus amigos siguieron buscándome en la escuela. Me rodeaban y Víctor se ponía frente a mí, su cara muy cerca de la mía, y me decía A ver si muy chingón, ahora sí pégame así, sin agarrarme desprevenido. </p>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8805290.post-33386622550144188692023-03-15T12:28:00.002-07:002023-03-15T12:28:27.283-07:00Fluidos y piernas<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDmmmx8Xpa8BKUQeZFYrXk9OrNDrRaz7WQpOKNcLyN1ERVtnxoAtzlLiUM6myj4tvzDydDobaeo8Q4OkUJC-V9JsUUu2num3sclhz_cZpSETz62dZr8A-9AfmGGW1tAyZIM9VwwrCDJIUXPma-tf21gNEdlOt32JQkPVr35hZh2b2JuvEIaO0/s612/Tarja.png" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="612" data-original-width="470" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDmmmx8Xpa8BKUQeZFYrXk9OrNDrRaz7WQpOKNcLyN1ERVtnxoAtzlLiUM6myj4tvzDydDobaeo8Q4OkUJC-V9JsUUu2num3sclhz_cZpSETz62dZr8A-9AfmGGW1tAyZIM9VwwrCDJIUXPma-tf21gNEdlOt32JQkPVr35hZh2b2JuvEIaO0/w154-h200/Tarja.png" width="154" /></a></div><br />Una vez un tipo me mio la pierna. Habíamos ido a uno de esos lugares en los que muchas personas juntas toman cervezas y donde los baños de hombres (y me imagino que también los de mujeres) están muy sucios y tienen esas largas tarjas de metal para miar (esto no creo que lo tengan los de mujeres) en las que ponen limones partidos y hielos, creo que para mitigar el apeste. Pues estaba usando la tarja cuando un tipo estúpidamente ebrio entró y se acomodó a mi lado para intentar miar, pero se tambaleaba mucho. Entonces sentí como un chisguete marcaba una línea tibia y oscura en mi pantalón a la altura de la pantorrilla. El tipo estaba tan tomado que ni siquiera valía la pena decirle nada. Volví con mis amigos y les dije lo que había pasado y les dio risa y dije que ya quería irme y dijeron que no fuera exagerado y me fui solo.<p></p>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8805290.post-47064537062644567532022-12-20T08:07:00.004-07:002022-12-20T08:07:44.672-07:00Fuegos y silencios<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi3GF-eDeAoXu0QS4n2xd_onGzsAe2rcQjevoML6ogZUxGnKSX9K7xvu_4_ejVntc5pmP8xC-TVrWCwKjihV4IxLaP8kTJEN4QFIXJDMxCXcqPnAkGRgwIWGUfjP8kgE9yBlmVegyHdjWTHuDX2HS6uNajUGbkPDmKld2nr-Mvs63NezYKF0nk/s378/Vela%201.png" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="358" data-original-width="378" height="189" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi3GF-eDeAoXu0QS4n2xd_onGzsAe2rcQjevoML6ogZUxGnKSX9K7xvu_4_ejVntc5pmP8xC-TVrWCwKjihV4IxLaP8kTJEN4QFIXJDMxCXcqPnAkGRgwIWGUfjP8kgE9yBlmVegyHdjWTHuDX2HS6uNajUGbkPDmKld2nr-Mvs63NezYKF0nk/w200-h189/Vela%201.png" width="200" /></a></div>Mi mamá prendía un cigarro después de la comida algunos días y dos o tres en reuniones con sus amigas o sus hermanos. Entonces aquella Navidad le regalé un bonito encendedor Zippo color rojo y después de la cena de Nochebuena se lo cargué con combustible y le pregunté si no quería un cigarro para estrenarlo. Dijo que no se le antojaba. Después de la comida de Navidad tampoco quiso y dijo que no se sentía del todo bien. Al otro día fue a emergencias del hospital donde trabajaba porque le dolía mucho el vientre. La operaron de emergencia y encontraron el tumor intratable que la mataría dos años y medio después. Nunca usó el bonito encendedor Zippo color rojo.<p></p>Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8805290.post-32324380294180454432022-10-18T17:53:00.001-06:002022-12-20T08:11:17.915-07:00Balones y recuerdos<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhOYdv-tJAIaXruJs0gEZc-hhWqaAQX3wxzirF8OOFHBGUnF8ZKDcuXu_u57uGubJ_uJ4pcNvPI-JBbW00Ehve7AQOOCCnyF8KEVp7djxW6vqwrI0vR57N2cp07vVJ8OlYhPewxjGOgjV5symMm8VcrxzwyLrBl2QJorhJpq4sgFiPtdLH8LeI/s815/Balo%CC%81n.png" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="815" data-original-width="728" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhOYdv-tJAIaXruJs0gEZc-hhWqaAQX3wxzirF8OOFHBGUnF8ZKDcuXu_u57uGubJ_uJ4pcNvPI-JBbW00Ehve7AQOOCCnyF8KEVp7djxW6vqwrI0vR57N2cp07vVJ8OlYhPewxjGOgjV5symMm8VcrxzwyLrBl2QJorhJpq4sgFiPtdLH8LeI/w179-h200/Balo%CC%81n.png" width="179" /></a></div><br />De México 86 no me acuerdo de ningún partido más que de los que jugábamos en una callecita atrás de la primaria, y me acuerdo de que todos los que estábamos en campo queríamos ser Zico y todos los que estaban de porteros querían ser Pablo Larios, y de que consulté las banderas de los países participantes en una enciclopedia que había en la casa. <p></p><p>De Italia 90 me acuerdo que para mis amigos y para mí no fue tanto drama que México no hubiera ido, y de que en un recreo fui al salón de audiovisual de la escuela porque ahí había una tele con los partidos y pasé junto a un wey que se llamaba Pepe que me aventó y volví a pasar y me volvió a aventar y volví a pasar y me volvió a aventar pero esa tercera vez caí desastrosamente sobre unas bancas y la que me gustaba estaba ahí y fui a sentarme hasta adelante para que nadie me viera la cara mientras lloraba. </p><p>De Estados Unidos 94 me acuerdo que estábamos viendo los penales de México contra Bulgaria en la casa de Frank y que cuando nuestro equipo tiró el último apagué la tele con el control remoto y todos se pararon gritando y tardaron un rato en entender qué había sucedido. </p><p>De Francia 98 me acuerdo que fui a tocar con mi banda a la Universidad Interamericana justo cuando estaba el partido de México contra Países Bajos y los estudiantes de la uni estaban encabronados porque los tenían en el evento a la fuerza y nosotros estábamos encabronados porque cuando agendamos la tocada no sabíamos que iba a haber un juego de México y entre dos canciones alguien se asomó al patio donde estábamos y gritó que gol del Matador. </p><p>De Corea Japón 2002 me acuerdo que quedamos de vernos de madrugada en el museo donde trabajaba en Ciudad Juarez para poner el partido de México en la tele de la sala central y el wey que nos iba a abrir nunca llegó y nos fuimos como veinticinco personas a verlo en la diminuta tele de mi departamento. </p><p>De Alemania 2006 me acuerdo que nos juntamos en mi casa a ver un juego y luego nos quedamos el resto del día viendo DVDs de conciertos y mi hija que todavía estaba bebé se enchiló con unos Doritos, y de estar platicando con mis amigos acerca de los partidos en el bar Reforma.</p><p>De Sudáfrica 2010 me acuerdo que mandamos traer burritos para todos los que trabajábamos en el museo para ver el partido inaugural y que la jefa nos lo recriminó como dos meses, y de que me pareció inverosímil que México vistiera de negro, y de que nos quedamos en un hotel después de una borrachera y por la mañana en ese cuarto vimos el golazo de Maxi y ya no nos quisimos quedar a desayunar. </p><p>De Brasil 2014 me acuerdo de que me perplejaba que tantas personas escribieran “Brazil” con zeta, y de que supimos que Ochoa no había atajado el penal porque escuchamos los gritos de los vecinos como medio minuto antes de que saliera en nuestra transmisión, y de que no vi el 7-1 de Alemania porque estaba en una junta del trabajo y que juré que eso no me volvería a pasar.</p><p>De Rusia 2018 me acuerdo que pensaba mucho en que era el primer mundial que mi papá no veía, y de que dejamos que los niños abrieran unas bolsas de dulces para que se entretuvieran y nos dejaran ver el partido de México contra Alemania y que tenían unos polvitos de colores regados y los lamían directamente del suelo.</p>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8805290.post-83403076536222254252022-06-19T16:35:00.003-06:002022-06-19T16:35:21.480-06:00Cuerpos y cuidados<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEirizb55sgk_CJzsJ_GXDqpgOE_i2VzcRva1wZKhEnCcQeFLvgRGqIUs7Oai4_JYujRm6aM3gkCjdQtYF_kFB4pdhF_CSpH0Aqv7Sp5oKSB0x1Rvp1Wk3HdE7FEQsYDfYeOeu6q8bxQlBDRN8DJw2mwOqjRK6vseav6n5zIiSwlL2qCeOcNCFs/s600/knee-joint-13592737.jpg.webp" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="600" data-original-width="400" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEirizb55sgk_CJzsJ_GXDqpgOE_i2VzcRva1wZKhEnCcQeFLvgRGqIUs7Oai4_JYujRm6aM3gkCjdQtYF_kFB4pdhF_CSpH0Aqv7Sp5oKSB0x1Rvp1Wk3HdE7FEQsYDfYeOeu6q8bxQlBDRN8DJw2mwOqjRK6vseav6n5zIiSwlL2qCeOcNCFs/w133-h200/knee-joint-13592737.jpg.webp" width="133" /></a></div><br />Programé una visita con el dermatólogo para que me revisara unas lesiones de la cara. Dos días antes de la cita me lesioné la rodilla jugando futbol y tramité también una visita al fisioterapeuta. Mi padre murió con un incrustado cáncer de piel. No murió del cáncer de piel, pero sí con él. Y he visto cómo los cuerpos comienzan a deteriorarse a partir de los cuarenta y he notado cómo me aburro con las conversaciones que la gente de mi edad sostiene sobre tratamientos, dolencias y pastillas. <p></p><p>Esperando las citas mi angustia no era que me fueran a dictaminar un cáncer como el de mi padre o que me fueran a mandar a intervenir quirúrgicamente la rodilla: mi mortificación era que me dijeran que ya no jugara bajo el sol y que ya no fuera a estarme a la intemperie viendo los partidos de mis hijos, que ya no usara mis rodillas para jugar futbol o para ir a correr a El Encino. Porque finalmente para eso queremos el cuerpo, para hacer cosas, no para tenerlo ahí guardado como esas salas a las que nunca se les quita el hule protector. El cuerpo nos lleva, nos pone, nos hace.</p><p>Todo quedó bien. Que me ponga más bloqueador del que ya uso. Que le ponga más atención al estiramiento y el calentamiento. Que siga usando mi cuerpo para lo que quiero, pero que lo cuide y lo mantenga en buen estado. Nada más.</p>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8805290.post-28367318611270226552022-02-19T07:39:00.000-07:002022-02-19T07:39:17.122-07:00Documentos y posturas<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEh44CZ56JQ7iHldP2R8tlPSe3GshFIRMC46TCqRANLExWVbYwJWAcYXQvxt1GyFZdQ4zejdoc6JPVw2q32-TFnW_jGSeiRuBlws1GvM29vMqEe6oUDmO1zHzMcaD62oYusgfqtc404_3weMBAQ2AC8bYW-Wo_VPRgBzkOefH1nIaq3PdppXDZc=s267" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="211" data-original-width="267" height="158" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEh44CZ56JQ7iHldP2R8tlPSe3GshFIRMC46TCqRANLExWVbYwJWAcYXQvxt1GyFZdQ4zejdoc6JPVw2q32-TFnW_jGSeiRuBlws1GvM29vMqEe6oUDmO1zHzMcaD62oYusgfqtc404_3weMBAQ2AC8bYW-Wo_VPRgBzkOefH1nIaq3PdppXDZc=w200-h158" width="200" /></a></div><br />Comencé a usar pantalones cargo por ahí de 1998 porque en las dos o tres fotos que llegaba a encontrarme de Radiohead o de Blur veía que los integrantes de estas bandas los usaban. Me gustaban especialmente unos verde militar que tenía pero que, cuando me los puse por primera vez, descubrí que no tenían bolsillos traseros, así que cuando me los ponía echaba la cartera en el bolsillo de la pierna. Pero al moverme me molestaba que viniera zangoloteándose, por lo que al usar esos pantalones comencé a llevar conmigo nada más mi identificación, la licencia de conducir y la tarjeta Ladatel. Usaba tanto esos cargo verdes que cuando me ponía otros y me metía la cartera en los bolsillos traseros me resultaba absolutamente incómodo sentarme. Entonces simplemente dejé de usar la cartera.<p></p><p>Casi siempre cargo conmigo una mochila, donde coloco un discreto tarjetero de piel con mi identificación, mi licencia, mi tarjeta de débito y la membresía de puntos de Alsuper. Cuando no traigo la mochila me echo el tarjetero en el bolsillo frontal del pantalón. Me horrorizo cuando veo que otros tipos se sacan de las nalgas esas grotescas carteras que parecen libros doblados a la fuerza. ¿Qué tanto traen ahí? ¿Cada cuánto usan todas esas tarjetas, credenciales, recibos y demás mugreros?</p><p>Una amiga transicionó recientemente y sucedió que nos veíamos mucho durante el año en que cambió su género. Luego de conocerla durante más de quince años, me iba acostumbrando a dirigirme a ella en femenino. Cierta vez llegamos por un café y dijo que ella lo invitaba y entonces sacó una gorda cartera que apenas ponía cerrarse. Hubieras empezado por dejar eso, le dije, y nos reímos.</p>Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8805290.post-33818661567081595702022-02-07T14:00:00.004-07:002022-02-07T14:00:52.088-07:00Resurrecciones y nostalgias<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj7wtVe__iigUg1iFXl9DGSbl8cDoDL2T_ThMdX2rZEKZeCqTC_rDsZ8xEPopVI3ofMwqDqaHXUn630Kx5YnHREKDDGz7U3iEYCVxUHVc_3e5JDNyES8dKYOEzCTMbmzsl8-SU4pzNQiFdEBSzISYUUgH7YHkrYTAjFR2juguSin0tYhF8YkGc/s1800/Uchatius_1845A.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="1307" data-original-width="1800" height="145" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj7wtVe__iigUg1iFXl9DGSbl8cDoDL2T_ThMdX2rZEKZeCqTC_rDsZ8xEPopVI3ofMwqDqaHXUn630Kx5YnHREKDDGz7U3iEYCVxUHVc_3e5JDNyES8dKYOEzCTMbmzsl8-SU4pzNQiFdEBSzISYUUgH7YHkrYTAjFR2juguSin0tYhF8YkGc/w200-h145/Uchatius_1845A.jpg" width="200" /></a></div><br />Vi la nueva de The Matrix, una secuela que llega diecinueve años después de la trilogía original. En un ratito pasé de la emoción y la nostalgia al encabronamiento puro. Ya. Basta. Por favor. <p></p><p>Me encontré con una forzada recapitulación de escenas de las tres películas anteriores, envueltas en una trama que pues prácticamente es la misma que la de la primera película de la serie. Y me encabrona porque vienen haciéndolo ya de manera reiterada: pasó con la serie <a href="https://gusopuntocom.blogspot.com/2020/09/nostalgia-y-karatecas.html">Cobra Kai</a>, pasó con la última trilogía de Star Wars y pasó con la nueva de los Cazafantasmas. </p><p>La fórmula es descarada y boba: convierte a nuestros héroes en fans de las franquicias de donde surgieron. El hilo dramático pasa a segundo plano y lo importante es mostrar cosas del pasado para que la audiencia las reconozca y diga “Ah, mira: ¡el Halcón Galáctico!”. Un típico ejercicio de <a href="https://gusopuntocom.blogspot.com/2019/08/adultez-y-madurez.html" target="_blank">chavorruquez</a> que al parecer va a seguir vigente un buen rato y en el que ya no pienso seguir participando. </p>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8805290.post-12078668949663675712022-01-22T13:26:00.006-07:002022-01-22T13:26:38.658-07:00Bravucones y reencuentros<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEj3VUc-DqXijxKd2krEEcUXRkqZOKLrxNxSR7QXzJ1ReTgs8R2nbuGZCwxbeB7kocyFMFVPNv5ytgjc2wmSFw2QctvZiiN2BGYEVROkXookUWkGWIZGT3mqBmUbk4A0BnjjrgrtkyxuP5XzEn6cEwXLDy4tKuJIXL_bJjvMgALJPFZOpMlLqaY=s800" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="670" data-original-width="800" height="168" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEj3VUc-DqXijxKd2krEEcUXRkqZOKLrxNxSR7QXzJ1ReTgs8R2nbuGZCwxbeB7kocyFMFVPNv5ytgjc2wmSFw2QctvZiiN2BGYEVROkXookUWkGWIZGT3mqBmUbk4A0BnjjrgrtkyxuP5XzEn6cEwXLDy4tKuJIXL_bJjvMgALJPFZOpMlLqaY=w200-h168" width="200" /></a></div>Me reencontré con el primero de mis tres bullies de la secundaria cuando empecé a dar clases en la universidad. El primer día entré a la sala de maestros y me saludó casualmente, como si nunca hubiéramos dejado de vernos, como si no me hubiera hecho llorar tantas veces. Me mostró alrededor y me compartió algunos tips. Luego le dije ¿Y no me vas a pegar? y reaccionó con vergüenza y dijo No sé por qué me sentía tan enojado y me desquitaba con ustedes, no es que estuviera enojado con alguien o algo en particular, sólo estaba enojado y por eso me portaba así. Me pidió perdón. Luego preguntó ¿Y el gordito al que le escupí en honores a la bandera? ¿Cómo se llamaba? ¿Lo ves? Quiero pedirle disculpas. Se llamaba Alfredo, no lo veo desde que salimos. ¿Y Daniel, el de lentes que se juntaba contigo? También quiero pedirle disculpas. Nos seguimos juntando. Lo veo muy seguido. ¿Y otro amigo de él? ¡Omar! Omar Castrejón. Ay, se suicidó hace como tres años. <p></p><p>Al segundo lo encontré años más tarde cuando trabajaba en un museo y me turnaron el correo de un artista experimental y el mensaje venía firmado por él. Intercambiamos varios mensajes. Tenía años en otro país. Eventualmente le escribí Y, cuando vengas, ¿me vas a pegar? Respondió Jajajaja, no, ya no hago eso. Todo lo contrario. Soy muy pacífico. Qué vergüenza que lo hacía y que te acuerdes. </p><p>Al tercero me lo encontré después, en una reunión de los excompañeros de la prepa. Yo atravesaba el estacionamiento caminando cuando entró una camioneta a alta velocidad y se paró de un frenón. Cuando se bajó el cristal entintado de la puerta vi que era él. Dijo ¿Luego qué? ¿Aquí hay de tomar o hay que traer? Pues… las dos. Hay poquito y yo traje un vino y cervezas. Súbete, vamos por unos pistos. Me subí y fuimos a la licorería. No hablamos nada porque traía la música muy fuerte. Recuerdo que salió una canción de Ana Bárbara. No le pregunté que si me iba a pegar. </p>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8805290.post-11733549063995302772022-01-12T19:03:00.003-07:002022-01-12T19:03:48.310-07:00Motocicletas y burritos<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhb4zJau9GHMyTn_N_DdL1Fux7sgkvSL05bxyUedYDK6WWlYFtcqiQt2UzKc1tXxsYi5LupvzpLkwXEiiT13IVU1z4UKwGl_oA4inJ_FjnsJ7g_W-BUbnPI3MEKlCBjEGKWzmDp90MjA3MMOsFBFBdsxdsSbUH0B8ZvRfMUPCeioQZ0N04A1p0=s456" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="417" data-original-width="456" height="183" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhb4zJau9GHMyTn_N_DdL1Fux7sgkvSL05bxyUedYDK6WWlYFtcqiQt2UzKc1tXxsYi5LupvzpLkwXEiiT13IVU1z4UKwGl_oA4inJ_FjnsJ7g_W-BUbnPI3MEKlCBjEGKWzmDp90MjA3MMOsFBFBdsxdsSbUH0B8ZvRfMUPCeioQZ0N04A1p0=w200-h183" width="200" /></a></div><br />Caminaba por el centro y vi a seis o siete personas haciendo fila afuera de una panadería, no supe si porque aún no abrían o porque había cupo máximo debido a la pandemia. En eso, una moto se subió a la banqueta y se detuvo junto a la fila. El motociclista abrió una hielera que traía atada atrás y dijo Buenos días, ¿de qué van a querer burritos? Un señor preguntó ¿De qué trae? El de la moto enumeró los guisos y tres o cuatro de los de la fila pidieron uno. Una señora dijo A mí me pone de chicharrón prensado y el señor que había preguntado por la variedad le dijo Me lo enseña a ver si se me antoja.<p></p><p>Alcancé a ver todo esto y me quedé pensando en que esa gente había ido por el pan y entonces el de la moto les había creado la necesidad de los burritos y también pensé en quizá esperarme a ver si al señor se le antojaba el burrito de chicharrón prensado de la señora y a lo mejor también llevarme uno.</p>Unknownnoreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-8805290.post-30386255866141676642021-11-07T09:39:00.003-07:002021-11-07T09:39:33.666-07:00Mapas y comidas<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="text-align: left;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj6e_uSUo2HUL7358EO9eJLcDFXZKixUfSSb1oJzmw9Geqcpu9hQo7iVLLbjj0tPmJB_jXCw4jIX8MkmWYyG7ZkD0VncchltmuEhuVg6UCqlRryIlQ_mh1vq4NXTw4AN2z8_TJpzA/s301/images.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="301" data-original-width="167" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj6e_uSUo2HUL7358EO9eJLcDFXZKixUfSSb1oJzmw9Geqcpu9hQo7iVLLbjj0tPmJB_jXCw4jIX8MkmWYyG7ZkD0VncchltmuEhuVg6UCqlRryIlQ_mh1vq4NXTw4AN2z8_TJpzA/w111-h200/images.jpg" width="111" /></a></div><br />Me gusta mucho ver a las personas, intentar saber qué piensan, cómo viven. La comida es una de las mejores ventanas para asomarme a ver a otros.</span></div><p></p><p style="text-align: left;">Encontré en Twitter <a href="https://twitter.com/_restaurant_bot/">un robot</a> (los robots no son lo que pensamos que serían, ¿verdad?) que comparte restaurantes del mundo sacados aleatoriamente del Google Maps. Uno esperaría encontrarse con restaurantes vanguardistas de las grandes ciudades del mundo, pero si le damos una pensadita, es obvio que la mayoría de los establecimientos de comida del mundo no son lugares de propuesta gourmet en la Ciudad de México, París o Tokyo; sino fonditas, comedores y cafeterías donde la humanidad come día con día. </p><p>Mi entusiasmo por la cuenta no disminuye. Sigo asomándome al mundo y descubriendo que en la Polinesia Francesa hay un café prácticamente igual a los que yo visito en Chihuahua con personas que se parecen mucho a mí, y yo ni me imaginaría que ahí, a medio océano Pacífico, hubiera siquiera ciudades. Que en Sidi Kacem, Marruecos, hay un puesto callejero que de lejos se parece a los de barbacoa de mi ciudad y donde sirven unos platillos caldosos, como birria. </p><p>Derivo. Voy dando clics y veo a los comensales a veces con sus familias, a veces con amigos, a veces con computadoras, a veces con armas. Sigo los mapas y me fascino con cuántos lugares existen, cuántas comidas quiero probar y cuántas personas quiero conocer.</p>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8805290.post-34241497571325251552021-10-22T08:48:00.002-06:002021-10-22T08:48:10.600-06:00Caballos y lágrimas<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgy0Na2dRIGRQ1O0Svf8cP3WsXOxoxE9BBv1GAzI2awN-M4wQgDHrj_Tm8MIsADBWfYUR6fWPcm1TVuz3OAd6Ost-oeW0ANlnw_gTdsz980ibdzjPZV1eIXzRKw35OLnGEOD9ZFSA/s360/Caballo.png" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="217" data-original-width="360" height="121" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgy0Na2dRIGRQ1O0Svf8cP3WsXOxoxE9BBv1GAzI2awN-M4wQgDHrj_Tm8MIsADBWfYUR6fWPcm1TVuz3OAd6Ost-oeW0ANlnw_gTdsz980ibdzjPZV1eIXzRKw35OLnGEOD9ZFSA/w200-h121/Caballo.png" width="200" /></a></div><br />Los traslados a Norogachi, el pueblo natal de mi madre en la Sierra Tarahumara, nos tomaban diez horas. Quizá por eso nos quedábamos allá toda la semana. En la casa de mi abuelo no había teléfono. De hecho en todo el pueblo no había teléfono. La Internet todavía no existía.<p></p><p>El último fin de semana allá los hermanos de mi mamá mataban un chivo o un cerdo y nos lo comíamos. Mi tío abuelo Facundo, que tenía una de las dos tiendas del pueblo, nos traía caballos para que paseáramos. Me subí a uno, di el recorrido acostumbrado y entonces yo quise volver pero el caballo no.</p><p>Le jalé las riendas, le piqué los costados, le hice oh oh y le hice tch tch pero el caballo no me hizo caso. Bajó hasta el arroyo y lo atravesó. Comencé a llorar pero las únicas personas que podía ver estaban lejos, trabajando en sus parcelas o afuera de sus casas, y así como el viento y los árboles no me dejaban escucharlos seguro ellos tampoco me escuchaban a mí.</p><p>El caballo pasó entre varias casas hasta que se detuvo porque había un camión atravesado en el camino. Ahí dos hombres me bajaron y me llevaron a la tienda del tío abuelo Facundo, que estaba un poco más adelante: hacia allá iba el caballo. Me dieron una pepsi para el susto y me llevaron en una camioneta de regreso a casa de mi abuelo. Corrí a abrazar a mi madre, que me abrazó más bien desconcertada porque no sabía lo que me había pasado. </p>Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8805290.post-43810325761150552372021-07-04T13:56:00.002-06:002021-07-04T13:59:37.459-06:00Bigotes y fotos<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjuriMoFwPvFj6bfxa5MCctgtTLZznMiYg41a2XIN9h3YvpIZ0haZaLkxIJ0bBGSSCYtLoBA946B0j8AzifpcDl3vfPGvAylrsxA7Z0BXrBRswyc4siTyLYNCdFzWbnO9KpZqJQiQ/s601/14-Steps-of-Shaving-Diagram.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="601" data-original-width="600" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjuriMoFwPvFj6bfxa5MCctgtTLZznMiYg41a2XIN9h3YvpIZ0haZaLkxIJ0bBGSSCYtLoBA946B0j8AzifpcDl3vfPGvAylrsxA7Z0BXrBRswyc4siTyLYNCdFzWbnO9KpZqJQiQ/w199-h200/14-Steps-of-Shaving-Diagram.jpg" width="199" /></a></div><br />No recuerdo a mis padres poniendo música en la casa, pero sí recuerdo cuando mi papá llegó de El Paso y armó el modular en la sala. El mueble era del tamaño de un refrigerador pequeño y tenía una puerta de vidrio que dejaba ver los módulos para tocar casetes, discos de vinilo o la radio. La tornamesa quedaba encima de todo y abajo se almacenaban los discos: había álbumes de mariachi, de guitarra clásica, de Abba y de sinfonías. Algunos seguían envueltos, con el celofán intacto.<p></p><p>De entre todos los discos sin usar recuerdo especialmente una compilación de The Beatles hecha por el Selecciones del Reader's Digest. La caja contenía ocho vinilos que como portada llevaban cada uno fotos de la banda a lo largo de su carrera y que incluían una reseña en la parte posterior. No sabía cuál era Paul ni cuál era George ni cuál era Ringo ni cuál era John, pero veía las fotos de los primeros tres discos e identificaba que este de esta foto era el mismo de esta otra… hasta que les salían patillas, barbas y bigotes y ya no podía distinguirlos. Duré unos seis años analizándolos sin poder poder trazar una línea segura entre los integrantes de 1962 y los de 1969.</p>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8805290.post-34488877120645069442021-05-30T11:59:00.003-06:002021-05-30T11:59:43.515-06:00Música y contenedores<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgyd5W20c1pDH1Jw7zTSWSx_6jJOr9Jzs64OAtmJmPkuXsj-MCOGTUjs6IRuenpXKhk-d6mzmaZd8NEqOIgyrf9xZSE-R5Ct7JtfOuyIqOIXOTXfXZmDXWCzq4gh7l994ycv9U31g/s240/phono5.gif" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="148" data-original-width="240" height="123" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgyd5W20c1pDH1Jw7zTSWSx_6jJOr9Jzs64OAtmJmPkuXsj-MCOGTUjs6IRuenpXKhk-d6mzmaZd8NEqOIgyrf9xZSE-R5Ct7JtfOuyIqOIXOTXfXZmDXWCzq4gh7l994ycv9U31g/w200-h123/phono5.gif" width="200" /></a></div><br />En 1988 estaba en quinto de primaria y me compré mi primer álbum en casete: fue el <i>Estamos locos… ¿o qué?</i> de los Hombres G. Antes había tenido algunos discos infantiles, pero esta fue la primera vez que yo elegía por mi cuenta. <p></p><p>Para 1992 mis gustos se habían sofisticado bastante y cuando mi padre conectó un discman al modular de la sala fui a Macrovideocentro y compré mi primer álbum en disco compacto: el <i>Queen II</i>. </p><p>No me acuerdo cuál fue mi primer álbum en formato digital.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /><p></p>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8805290.post-62193414299583297582021-05-21T10:33:00.000-06:002021-05-21T10:33:56.522-06:00Pies y personalidades<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiL7bPxKFx_-Zx8wvjqYc8ztNKZT85qnZah7mTNieZlFSoKJGjMqkGGsZy0MBmKVNbU0jVuEMYQLL13EW7DTFrh5ErghTxU7CzRpL9l4ypMx-ECqbLccjT9WpVC1E4NX-XQulKQ1A/s453/YVeRLTI0ZLnppOVnLLLIDA_b.png" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="453" data-original-width="319" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiL7bPxKFx_-Zx8wvjqYc8ztNKZT85qnZah7mTNieZlFSoKJGjMqkGGsZy0MBmKVNbU0jVuEMYQLL13EW7DTFrh5ErghTxU7CzRpL9l4ypMx-ECqbLccjT9WpVC1E4NX-XQulKQ1A/w141-h200/YVeRLTI0ZLnppOVnLLLIDA_b.png" width="141" /></a></div><br />Nací con pie plano. Mi hermano también. El tema era sumamente importante para mis padres, que lo platicaban con cuanta persona se encontraban. Cuando íbamos a algún lugar con alberca nos pedían mostrarle a sus amigos las huellas como de mango que dejábamos con los pies, en contraste con las estilizadas figuras que estampaban los otros niños. <p></p><p>Nos llevaban con un ortopedista de El Paso que nos recetaba unas plantillas con las cuales modificar los zapatos y nos insistía caminar siempre de puntitas cuando estuviéramos descalzos. ¡De puntitas! era un grito que mi padre nos aventaba cada que atravesábamos el pasillo en pijama. El doctor dijo que las plantillas sólo podían ponerse en zapatos de baqueta, así que usábamos zapatos de botita marca Mickey. Siempre. Los días de educación física me ponía el uniforme deportivo… con los pinches zapatos de botita. Eventualmente logramos convencer a mis padres de dejarnos llevar unos tenis aparte y ponérnoslos para hacer deporte, con la promesa de calzarnos los pinches zapatos de botita de inmediato.</p><p>A veces lloraba por tener que usar los pinches zapatos de botita. Obviamente otros niños se burlaban de mí. Y mientras todos hablaban de qué tenis se iban a comprar, yo seguía atorado con los pinches zapatos de botita. Cuando decía que no me importaba tener el pie plano mi papá nos contaba de un amigo suyo que no pudo ser cirujano porque no lo aceptaron con el pie plano. </p><p>Luego cambiamos de doctor. Un ortopedista mucho más joven en Ciudad Juárez. Le extrañó mucho el asunto de los zapatos de baqueta. Nos dijo que las plantillas podían adecuarse perfectamente a los tenis. Yo tenía 10 años y me compré unos Pony.</p><p>Estoy convencido de que esto tuvo un profundo efecto en la formación de mi carácter y determinó mucho de lo que soy hoy.</p>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8805290.post-5463194218270779972020-12-19T16:54:00.004-07:002020-12-19T16:56:22.693-07:00Términos y costumbres<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhIjJv0rXf1cqJzvWwGaHgapwitHYqoZb6rlBoxoPD2NxnNBs66xQsb4pHRNNg7wGTwCOTl7UjFxaMSN_rUGYghFzdI-tv69JjfEQOHDINe0Hgd7MGS0ycmJFCCKu0dVFCbycLr5w/s1024/Helmet-design-1024x793.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="793" data-original-width="1024" height="155" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhIjJv0rXf1cqJzvWwGaHgapwitHYqoZb6rlBoxoPD2NxnNBs66xQsb4pHRNNg7wGTwCOTl7UjFxaMSN_rUGYghFzdI-tv69JjfEQOHDINe0Hgd7MGS0ycmJFCCKu0dVFCbycLr5w/w200-h155/Helmet-design-1024x793.jpg" width="200" /></a></div><br />Mi madre nació en 1946 en un pequeño pueblo de la Sierra Tarahumara. Me contaba que ahí diferenciaban a las personas como “indios” o “gente de razón”. Por ejemplo, alguien decía “Vino a recogerlo Reyes y le ayudó un muchacho”, y el otro preguntaba “Y el muchacho ¿era indio o gente de razón?”. <p></p><p>Seguramente nadie decía esto con la intención específica de ofender, pero es evidente que la expresión reflejaba una idiosincracia. Mi madre me dijo que desde que ella se acordaba así es como se decía, por lo que podemos asumir que la usanza tenía muchos muchos años arraigada en los alrededores. Sin embargo, la idiosincracia cambió, y desde finales de los noventa el uso común es ”mestizo” y “tarahumar”. </p><p>Así como en el pueblo de mi madre desestimaron una expresión que reflejaba una manera de pensar que ya no le parecía cómoda a casi nadie, un equipo de futbol americano y uno de beisbol también pensaron que sus nombres quizá no eran tan buena onda. No importa si tenían mucho usándose o si nadie en particular se había sentido agredido, sencillamente son términos que describen diferencias sin celebrarlas, sino que se usaban como puntos de partida para discriminar. Cambiarlos no es sólo un gesto de buena voluntad, sino una invitación a que cuestionemos lo que decimos y hacemos y superemos la obtusa postura de “Pues así se había dicho o hecho siempre y no pasaba nada”.</p>Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8805290.post-86348001370461418722020-11-08T09:44:00.000-07:002020-11-08T09:44:06.072-07:00Muertes y recuentos<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgjjWrSUNe-bkvUbTxQMJ0FQ7ECgMNv-HkjVHHNzeL6e-nATXJFRFV7AQsVTjbIrLVeHQvOUjE1tn029yKZOLUNbhq7ZVu3ESErdgLr0b7a8KMXWopLgbO0Yi0rz20-DM4qgRkqAQ/s1600/c9d3084.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="1581" data-original-width="1600" height="198" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgjjWrSUNe-bkvUbTxQMJ0FQ7ECgMNv-HkjVHHNzeL6e-nATXJFRFV7AQsVTjbIrLVeHQvOUjE1tn029yKZOLUNbhq7ZVu3ESErdgLr0b7a8KMXWopLgbO0Yi0rz20-DM4qgRkqAQ/w200-h198/c9d3084.jpg" width="200" /></a></div><br />Me gustaría mucho que cuando me muera llegue a un lugar donde me den las siguientes estadísticas sobre mi vida:<p></p><p>Cuántas prendas de ropa tuve, cuál pieza me puse más veces y cuál tuve puesta más tiempo.</p><p>Cuántos litros de saliva, sudor, orina, semen y lágrimas me salieron. </p><p>Cuántos pasos di y qué distancia recorrí. </p><p>Cuántos litros de cerveza, mezcales y vino me tomé; qué cantidad gasté en ellos. </p><p>Cuántas palabras escribí a mano; cuántas tecleé. </p><p>Qué cantidad de mi cuerpo me tragué en pellejos mordidos. </p><p>Cuál fue la canción que escuché más veces; cuál fue la banda que duré más tiempo escuchando.</p>Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8805290.post-90648079243211344882020-10-30T08:06:00.005-07:002020-10-30T08:06:49.416-07:00Autorretratos y confesiones<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjjFy8KjYpinckyoR6ypBAysygrmat7PWXXH7oezx8C70UhY7Zw5g1i51F1CiZg1XXkdNyFyNz2bVwiBeFDQ0Oq77mzaWU3lOa8_yz6yOywdXMePXbDp7AeCl0ebdSwWAFH3n-IRg/s900/autorretrato.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="900" data-original-width="655" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjjFy8KjYpinckyoR6ypBAysygrmat7PWXXH7oezx8C70UhY7Zw5g1i51F1CiZg1XXkdNyFyNz2bVwiBeFDQ0Oq77mzaWU3lOa8_yz6yOywdXMePXbDp7AeCl0ebdSwWAFH3n-IRg/w146-h200/autorretrato.jpg" width="146" /></a></div><br />Tengo cuarenta y dos años y el rostro ovalado, según la antropometría; o cabeza de huevo, según mis compañeros de la escuela cuando era niño. Mi amplia frente parece ocupar la mitad de mi cara, efecto que se acrecentó durante la universidad, cuando se me abrieron las entradas del pelo. Cuando sucedió, pensé que me iba a quedar calvo. Pero eso no pasó entonces y no ha pasado todavía. Mi padre murió a los setenta y siete con su cabellera totalmente blanca, pero intacta.<p></p><p>Desde los dieciocho años siempre llevé el pelo castaño muy corto, a veces incluso a rape. Por ahí de los veinticinco me lo dejé crecer con un corte que hacía que el copete me tapara los ojos. Pero el pelo se me ensortijaba mucho y tenía que alaciarlo para que se lograra el efecto y me fastidié pronto. Cada dos o tres años pensaba que me dejaría crecer el pelo, pero cuando comenzaba a complicárseme el peinado o me golpeaba una súbita ola de calor, sin más iba y me lo cortaba otra vez. Hasta que a los cuarenta tracé un plan y me lo dejé crecer mucho. Ahora lo llevo agarrado en un chongo y me gustan los dos o tres pelos blancos que me nacen desde las sienes.</p><p>Mis ojos parecen ocultarse debajo de mis cejas regulares. Son pequeños para el tamaño de mi cabeza y están más cerca entre sí de lo que se consideraría común. El triángulo que forman con la punta de mi larga nariz –que no prominente– es lo que hace que mi hija y yo nos parezcamos mucho. </p><p>Cuando me sacan fotos, siempre intento hacer tres cosas: meter la panza, estirar la mandíbula para que no se me vea papada y, sobre todo, abrir los ojos. Cuando veo retratos míos me parece que estoy adormilado. Además, me gusta que me pregunten si tengo los ojos cafés o verdes para responderles que los tengo miel, como mi madre.</p><p>Tengo una boca también pequeña, con el labio inferior más carnoso que el superior. Adentro mis dientes lucen amarillos, seguramente por haber fumado durante dieciocho años. Aunado a eso, siempre he pensado que expongo mucho las encías. Por eso es que sonrío de manera más bien discreta.</p><p>A diferencia de mi padre y de mi hermano, me crece una barba espesa. Tengo la creencia de que yo me la formé a fuerza de afeitarme diariamente durante dos años cuando salí de la universidad. Suelo llevarla a medio crecer e, igual que con el pelo, me gustan los brotes blancos, que acá sí alcanzan a formar una mancha en la barbilla. </p><p>Llego casi a los 1.70 metros de estatura, número encima de la media mexicana pero muy muy por debajo de la chihuahuense. Mi cuerpo es delgado, aunque con esa típica panza de los que somos aficionados a la cerveza. Me gusta cuando la gente no me cree que paso de los cuarenta y cuando saludo a compañeros de la escuela y mi esposa me dice que parecen señores.</p>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8805290.post-55586102227786833162020-10-17T16:31:00.001-06:002020-10-17T16:31:10.286-06:00Casas y sueños<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQMCs-Mv8p7MFOV6ulYPSL3LjlXVG1XHcn1e7NuZYykyXWemenNEMcvIO5kD3XR_7k0LK4SjJJZpMtPZHB-kYDrp0yTCnV3DNRVyg6kCaBujHzElhqBufodcv0btIsBd51oV1eNg/s788/974239f36b800a13b9f4a8d71d5b829e.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="788" data-original-width="676" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQMCs-Mv8p7MFOV6ulYPSL3LjlXVG1XHcn1e7NuZYykyXWemenNEMcvIO5kD3XR_7k0LK4SjJJZpMtPZHB-kYDrp0yTCnV3DNRVyg6kCaBujHzElhqBufodcv0btIsBd51oV1eNg/w172-h200/974239f36b800a13b9f4a8d71d5b829e.jpg" width="172" /></a></div><br />Por fuera parece una casa cualquiera. Por dentro también. Pero si te metes al ropero de la primera planta y cierras bien la puerta puedes desmontar un panel del fondo y desde ahí acceder a un túnel por el que llegas a otras partes de la casa: conecta con la alacena, con una rendija de la lavandería y con los clósets de algunas recámaras. Los túneles son estrechos, pero cabes de pie en ellos. El que va del primer al segundo piso tiene una suerte de peldaños o repisas intercalados para subir y bajar. Por la parte de atrás, los pasadizos secretos llevan a una construcción abandonada donde originalmente iban a construir un club deportivo.<p></p><p>He soñado con esta casa desde que tengo memoria. Algún día la voy a construir.</p>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8805290.post-14822889384480504962020-09-27T13:54:00.004-06:002020-09-27T13:56:13.677-06:00Juegos y equipos<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh0W4BcT5OmSNcd5o8HwvbQ0mYWuz_zC4ErcWfcxrGHdXfwPxcwTd62ntY3wbT-nBt2s9wLOV4qvz-MGzEJBvOlNPIWsiToErSeYfZ8vxRfHhkcauKYDvnxs4ldhoiv0fruaQzV_Q/s965/Luperca.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="715" data-original-width="965" height="148" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh0W4BcT5OmSNcd5o8HwvbQ0mYWuz_zC4ErcWfcxrGHdXfwPxcwTd62ntY3wbT-nBt2s9wLOV4qvz-MGzEJBvOlNPIWsiToErSeYfZ8vxRfHhkcauKYDvnxs4ldhoiv0fruaQzV_Q/w200-h148/Luperca.jpg" width="200" /></a></div><br />“Es que no me gustan los video juegos, me gusta el futbol”. Así le digo a quienes, cuando se enteran que sólo juego al FIFA, me recomiendan otros títulos o de plano se burlan de mí. Aunque ahora finalmente cambiaré de juego y me dedicaré al PES.<p></p><p>Mis equipos virtuales son los dos que apoyo en las ligas europeas: la Roma y el Atlético de Madrid. Para la nueva temporada, el cuadro de la capital italiana aparecerá exclusivamente en PES y, si ya no puedo usar a mi equipo favorito, pierde todo sentido seguir en el FIFA.</p><p>No todo es ganancia. El FIFA es mucho más popular que el PES y mis oportunidades de jugar en línea contra mis amigos se reducirán a casi cero, aunque es raro que juegue en esa modalidad. Además, en el PES no está disponible mi torneo favorito: la Champions. Pero hasta hace poco tampoco se podía jugar en el FIFA y lo armaba manualmente. Será cosa de volver a pasar por la lata. Finalmente, en el PEs deberé soportar la vulgar narración a cargo de Luis García y Christian Martinolli. Pero bueno. Lo que sea por salir con la increíble nueva casaca de la Roma.</p>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8805290.post-17711362414631621962020-09-16T15:59:00.003-06:002020-09-16T16:05:43.478-06:00Nostalgia y karatecas<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDn-GNKn73vv1b1jtIEcRaxvNei9kctWncRrn8M1Jq8J_PbEDsSdulCuQqOop6Mx5MUpPmNtmXky_2suB7yti4OZp8Sz9HMNXOkbmcFY7ZojSY8TO54rsXJnEr3Lye_KzmEz5n0w/s1575/9bc7dff3e1fe2fad5df80be5f9bdf26f.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="1260" data-original-width="1575" height="147" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDn-GNKn73vv1b1jtIEcRaxvNei9kctWncRrn8M1Jq8J_PbEDsSdulCuQqOop6Mx5MUpPmNtmXky_2suB7yti4OZp8Sz9HMNXOkbmcFY7ZojSY8TO54rsXJnEr3Lye_KzmEz5n0w/w184-h147/9bc7dff3e1fe2fad5df80be5f9bdf26f.jpg" width="184" /></a></div><br />Debió haber sido en otoño de 1984 porque fue cuando se estrenó la película. Entonces había tres o cuatro películas en cartelera y las caricaturas salían sólo de cuatro a siete de la tarde, así que todos los niños veíamos más o menos lo mismo al mismo tiempo y de eso iban las pláticas en la escuela. Ese día estaban hablando de <i>Karate Kid</i> en las gradas del gimnasio durante un evento para celebrar los 60 años del director del colegio. Yo no la había visto pero me metí a la conversación haciendo como que sí. Era medio impostor.<p></p><p>Creo que hoy voy a terminar de ver <i>Cobra Kai</i>, la serie que sigue a los personajes de <i>Karate Kid</i> hasta la actualidad. Un ejercicio muy practicado en los talleres de narrativa es la cosa esa del anticuento: tomar historias que ya conocemos y narrarlas desde la perspectiva de otro personaje. Así pasa en <i>Cobra Kai</i>, donde el malo de los ochenta cuenta su versión de las cosas y nos hace pensar que quizá ni siquiera era tan malo, sino sólo un chavalito reaccionando como muchos haríamos. Un ser humano, pues.</p><p>La historia de <i>Cobra Kai</i> es muy mala. Es un burdo pastiche adolescente de nerds, malandros y chicas populares. Como guarnición, tenemos a dos adultos trillados e insoportables comportándose también como adolescentes. Pero los guiños a las películas de los ochenta me han tenido ahí siguiéndola encantado. </p><p>Odio la nostalgia porque todos la adoramos.</p>Unknownnoreply@blogger.com0