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Frotar nuestras manos no produce nada más que calor. Sin embargo, basta agregar al menos una gota de cualquier líquido —que si agua, que si jabón— para que el proceso arroje algo más: mugre. Aquellas manos que parecían limpias son desenmascaradas por los líquidos, que escurren en tonos grisáceos. No se diga ya de las manos que lucen francamente mugrosas y de las que brotan gotas de un negro absolutamente opaco.
¿Qué pasará cuando Vagabunda y Vagabundo frotan sus cuerpos el uno contra el otro, unidos por dos puntos especialmente viscosos?
7 comentarios:
Se quedan pegados como los perros hasta que alguien les tire un balde de agua fría.
¡Jajaja! El güey de Cabrón Insensible sí que es un cabrón insensible.
Una escena bastante desagradable, solo digna de un poema de Bukowski: Putrefacción.
Buen Blog!
Para mi esta es una historia de amor y eso me gusta mucho.
Post especialmente morboso, ¡puaj! y no por la imagen que se formo en mi imaginación.
Jajaja xD ehmm pues visto de esa forma es asqueroso, pero vagabundo y vagabunda ademas de manutencion tambien han de necesitar amor, asumo. Asi que es normal. Ahora, a mi me sorprenderia mas ver a vaganbundo(a) y niña(o) rica(o) tomados de la mano.
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