Ya he escrito sobre mi Teoría de los Placebos Contraculturales. Creo qe di con otro claro ejemplo. Diablos. No sé como no lo detecté antes, si he estado parado sobre él por más de diez años. Damas y caballeros: estoy hablando de los tennis Converse. Dime si no son un ejemplo de cosas qe el mismo sistema te ofrece para qe te sientas como qe vives contra el sistema.
Yo he tenido tres pares de Converse en los últimos doce años de mi vida. Podríamos hablar de qe un par de Converse me dura cuatro años, aunqe el último par lo adquirí apenas en diciembre del 2004. Mis tres pares han sido negros y los he utilizado con jeans, con el uniforme de la prepa, como pantuflas y hasta con traje. Los zapatos Converse tienen una larga tradición. Dentro de dos años cumplirán 100 años de estarse produciendo.
Qe raro qe antes los Converse se usaban para jugar al baloncesto. Ahora son más un objeto de moda y estilo. Regularmente se utilizan para expresar una actitud de informalidad y poco arraigo a los estándares sociales. Traer Converse es como pegarse un letrerito qe diga "soy rebeldón". Claro, olvidamos qe, ya en nuestros días, no son más qe un producto mercadotécnicamente dirigido precisamente al mercado de la gente alternativa. Ergo, Placebo Contracultural.
Pero no me importa. Qiero a mis Converse. Cada par qe he tenido ha sido utilizado hasta qe ya fue imposible mantenerlo unido a mis piés. Inclusive entonces es doloroso "tirarlos". Le puse comillas a esa palabra porqe nunca he tirado ninguno de mis Converse. No podría. Imposible. Y ahora qe soy el ejemplo de alguien, los Converse serán parte de mi legado. De tal guso, tal Burbuja.