5 de octubre de 2024

Platillos y colores


Cuando yo era niño no había lasaña en Chihuahua. Me gustaba leer las tiras de Garfield —no sé dónde conseguía mi mamá esos libros porque tampoco había Sanborns— y ahí veía la lasaña, pero como eran dibujos sólo de trazos no sabía de qué color era. Pensaba que era verde.

En la Ciudad sólo había unas pizzas, Pizza del Rey, que eran bastante malas, pero yo no podía saber eso.

Fue hasta 1996, cuando me fui a estudiar a Estados Unidos, que conocí la lasaña. Me gustó mucho. Pero me gustó más haberla conocido. De todos modos, cuando pienso en aquellas tiras de Garfield, en mi cabeza la lasaña sigue siendo verde. 

8 de septiembre de 2024

Consciencias y mapas

Hace unos meses decidí estar más consciente de mi entorno y de mis pensamientos y eliminé las aplicaciones de redes sociales de mi teléfono. Al levantar la cabeza, lo que más noté es cómo las personas se desconciertan de que alguien esté mirando. Perdón si esto termina pareciéndose a una de esas personas que luego de haber fumado durante años, se convierten en evangelizadores en contra del cigarro.
Me siento en la mesa del café viendo a mi alrededor y por las ventanas y noto cómo varias personas me revisan constantemente. Entro al salón y me coloco en mi lugar minutos antes de que empiece la clase y mis estudiantes se me quedan viendo como si estuviera hablando, incluso cuando les digo que faltan tres minutos todavía.
De pronto, como un reflejo, levanto mi teléfono y presiono donde solía estar el ícono del Twitter y abro un mapa y me siento tonto. Luego pienso en lo tontos que hemos estado todos.

6 de septiembre de 2024

Malos y mingitorios


En el kínder había unos niños malos. Así les decíamos: Los Malos. Eran tres o cuatro y no jugaban con el resto del salón en el recreo, sino que se iban a un rincón liderados por un niño que se llamaba Raymundo. Un día fui reclutado para infiltrarme entre Los Malos, pretendiendo que me quería unir a ellos. Al principio del recreo no entendía muy bien por qué eran Los Malos: sólo estaban sentados comiendo sus refrigerios y platicando de las mismas cosas que platicábamos los demás. Luego, Raymundo dijo Vamos a ver la popó y entonces Los Malos se fueron al baño y pasaron el resto del recreo viendo un mingitorio en el que alguien, de algún modo, había cagado.

1 de septiembre de 2024

Malabares y teléfonos


Era un poco después de las diez de la noche cuando me detuve en un semáforo en rojo. Un tipo se paró frente a los autos y se puso a hacer malabares. Al terminar su acto volteó a ver a su audiencia y se encontró con que los cuatro o cinco conductores estaban todos con las cabezas agachadas e iluminadas por luces azulinas. Gracias Dios, dijo, que nunca se acabe el Internet. Entonces puso una cara igual a la que hace el cantante de System of a Down en el minuto 3:15 del video de “Chop suey” y dijo No olviden darle like y nos mostró el dedo medio de la mano izquierda Y compartir y nos mostró el de la derecha. 

11 de agosto de 2024

Gatos y pinos

Una tarde de verano salí a llamar a Cinco, mi gata negra que se iba a pasear y a esa hora regresaba. Pero Cinco no venía, aunque la escuchaba maullar. Sus maullidos eran muy peculiares: largos, mortificados y sentidos, como si le estuviera explicando al gerente con mucho detalle lo pésimo que había estado el servicio. Encontré a Cinco trepada en un pino dos casas arriba. No podía bajar. La estuve llamando un buen rato pero desistí y pensé que eventualmente el hambre, la sed o el aburrimiento la harían bajar.
Al otro día Cinco seguía en el pino. Le llevé agua y comida y las puse al lado del árbol para que viniera, pero no venía. No podía. Hacía mucho calor. Por la tarde llamé a los bomberos. Me dijeron que eso pasaba en la tele y les llamaban mucho para pedir auxilio, pero que en realidad no daban ese servicio. Toda la noche escuché a Cinco maullar con sus larguísimos miaus.
Al otro día fui al pino con un banco y una escoba. Parado en el banco, usé el palo de la escoba para irle indicando a Cinco por cuáles ramas avanzar. Finalmente llegó al suelo con un salto que seguro avergonzó a toda la raza gatuna. Cinco corrió a la casa, vació dos veces el plato de agua y se echó con las patas extendidas en el piso donde pegaba el aire acondicionado. Ahí se quedó por más de doce horas.

28 de julio de 2024

Timbres y pantallas

Hasta principios de este siglo, un teléfono sonando era urgente: no sabíamos quién podría ser o para qué llamaba. Luego llegaron los identificadores de llamadas y luego los mensajes de texto y las cosas cambiaron… aunque no para todos.
Si recibo un mensaje de texto yo decido cuándo lo atiendo. Sé quién lo manda y sé de qué se trata y así pondero la inmediatez que necesita. Además, puedo seguir trabajando, viendo el futbol o hasta atendiendo una junta virtual mientras contesto.
Una llamada necesita que todo se suspenda. Debo dejar lo que estoy haciendo para tomarla. Por eso prefiero primero avisar antes de marcar y que me avisen antes de marcarme. Y están esas personas que te marcan una, dos y tres veces seguidas y luego reclaman Te estuve marcando y no contestabas y yo respondo Perdón, es que estaba ocupado, pero en realidad pienso Mira, obviamente vi tu primera llamada y vi que eras tú pero estaba haciendo otra cosa –tal vez concentrado en un proyecto, tal vez jugando video juegos, tal vez leyendo, qué te importa– y decidí no dejar mi actividad para atenderte.

19 de julio de 2024

Monos y personajes

Tuve un mono de Star Wars vestido de gris pardo y con un casco. Yo quería el Luke negro, el Luke blanco o el Luke rojo, en ese orden de preferencia. Mucho pero mucho tiempo después rentamos las películas y vi a mi mono: estaba en el puente de mando de una nave de los malos y daba unas órdenes genéricas. No volvía a salir. 

Deberían restringir la fabricación de figuras de acción a personajes protagónicos y secundarios. Nada más. Porque luego pasa esto: el niño quiere un carrito de Cars y la madrina va a la tienda y obviamente ya se llevaron al Rayo McQueen y a Cruz Ramírez y a toda la pandilla y el regalo termina siendo un carrito morado que sale en los pelotones de las carreras. 

Detengamos esto. Hagamos algo.