7 de julio de 2012

Relojes y pistolas

¿Quieres comprar este reloj? No, gracias. Te lo dejo en apenas cien pesos. Está barato, sí, pero no lo quiero. Bueno, en realidad te detuvimos para otra cosa. ¿Qué cosa es esa? Estamos aquí porque en ese hospital de allá tienen internado a mi sobrino. Lo lamento mucho, pero no puedo ayudarles con nada. Tiene seis años y le dieron un balazo en el estómago. Lo lamento mucho, en verdad, espero se recupere. Tú conoces a los Mendoza, los que le dispararon. Yo no conozco a ningunos Mendoza. No te hagas: siempre andas con ellos en El Paso. No me hago: yo ni siquiera vivo en El Paso o en Juárez, soy de Chihuahua. Pues vamos a aquella esquina y mi prima va a pasar en una camioneta para ver si eres o no eres. Yo no voy a esa esquina. ¿Te da miedo que te vea y te reconozca? Que pase por aquí. Tengo una pistola, así que vamos o la saco. De verdad que me confunden, yo no conozco a ningunos Mendoza, dígale a su prima que pase por aquí. ¿Y por qué le dispararon al niño? No sé, no sé nada de usted ni de esos Mendoza. Vamos entonces a la esquina. Por favor, se lo ruego, dígale que pase por aquí y verá que le dice que no soy yo. Está bien, te vamos a dejar en paz. Gracias, y ojalá el niño se recupere. Espérate, todavía no te vayas. ¿Qué más sucede? ¿Vas a querer el reloj o no? Sí, está bien, démelo. Son cien pesos. Aquí tiene.

3 comentarios:

Víctor Soto dijo...

Un día una señora de cabello completamente cano me quiso golpear con un paraguas porque según ella mandé a unos niños a que le gritaran ¡cebolla!
Yo no le compré el paraguas.

Alex dijo...

Cuando pasan estas cosas, al final ya no sabes si todo fue sólo un fraude para sacarte el dinero o si en verdad estos seres son muy creativos como para inventar cosas así, y agarrarte desprevenido. ¡Saludos!

α∂яιαииα dijo...

QUe raro :-S