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Aquella madrugada salí del restaurante donde trabajaba como mesero. El turno había sido bueno y pensé detenerme por algo de cenar. Encendí la radio y el locutor dijo que iba a regalar el nuevo álbum de Radiohead, OK Computer, a la primera persona que llamara y le diera el nombre del cantante de la banda. Para entonces esta agrupación británica ya sobresalía entre mis preferidas y maldije no traer una tarjeta Ladatel para llamar desde algún teléfono público. Seguí conduciendo y entonces el locutor volvió a ofrecer el disco. Nadie le había dado el nombre todavía y, ya que parecía difícil, ofreció una pista: era el apócope de “Tomás”. Mandé al carajo la cena y me desvié a casa. Podía llegar en cuatro o cinco minutos, llamar y ganarme ese disco compacto.
2 comentarios:
Prioridades en la vida, nunca las decidimos nosotros. Genial post.
Eres bien genial. Deberías abrir una cuenta en Twitter.
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