19 de junio de 2012

Cafés y sabores

Total que llegué a uno de esos Starbucks y Un café, por favor. ¿Va a ser capuccino, latte, mocha, macchiato? Nada de eso, solo un café. Pero, ¿qué sabor quiere que sea? De ninguno, que sea un café y ya. Sí, señor, pero ¿de cuál azúcar o leche le vamos a agregar? De ninguna, lo quiero negro. ¿Crema? Nada. Porque el azúcar y la crema no se cobran. Olvídalo, ya me voy.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Nadie lo puede explicar mejor. Pero la culpa es tuya por andar visitando esos lugares.

Anónimo dijo...

Entiendo tu punto, pero demasíado exagerado. Parecieras buscar una razón para escribir algo al respecto.
Si acaso, las vicisitudes estarían en el nombre a los tamaños. Supongo señal que nos volvemos viejos.

MadNess dijo...

jajajaja está muy bueno. excelente blog

Unknown dijo...

Lo único malo del Starbucks es su sistema, esa forma en la que te atienden… Uno va por un café, no por ropa. Por lo demás, todo bien