22 de mayo de 2012

Televisiones y espejos

Todos vemos televisión, incluso los pretenciosos que aseguran ni siquiera saber quién es equis o ye estrella de Televisa. Lo que naturalmente varía son los hábitos televisivos y qué tristes las casas con una televisión en el comedor. En vez de escucharse unos a otros, escuchan y ven a los lopezdórigas o las patichapois. ¿Es que no pueden lidiar unos con otros por treinta minutos?

Conocí el exagerado caso de una familia que solo tenía un televisor. En la casa había algunas carencias, pero la pantalla era moderna e inmensa. El aparato estaba colocado en el consabido cuarto de la tele y en la esquina del mismo cuarto había un espejo de cuerpo entero, orientado de manera que la familia podía ver la pantalla desde la mesa donde comía.

1 comentario:

Unknown dijo...

Hay quienes tienen casas que pareciera que el viento podría llevárselas… e incluso así prefieren contratar cable a mejorar su calidad de vida.