Los vericuetos de la fila se torcieron de modo que un ranchero quedó junto al negro. “Dispense, señor” le dijo, “¿no trabaja con el Ingeniero Ramos?”. “Sí, así es” le respondió el negro. “¡Claro! ¿Se acuerda de mí? Tomamos juntos un seminario el año pasado” continuó el ranchero, justo antes de justificarse con un argumento que a muchos además de mí debió haber hecho reír: “Lo reconocí por la chamarra".
4 comentarios:
me toco estar una vez en la fila del oxxo a eso de las 3am, esperando mi turno para hablar por la ventanita. Delante de mi había un cubano muy buena gente de color casi morado, y empece a platicar con el de lo que uno platica en la fila del oxxo a las 3am...pendejadas como clima, etc. cuando de pronto el que estaba atrás de mi no se aguanto y le dijo "estoy impresionado! pero que bien habla usted español!"... aún hay gente que los unicos negros que ve son los de la tv de las peliculas gringas.
Jajajajajajaja.
Te sigo en la red social que no debe ser nombrada desde hace tiempo, me fascina la manera en la que escribes, tu narrativa me cautiva y me ayuda a pasar un momento ameno. No es que me gusten las comparaciones, pero tu estilo es como el de Juan Villoro, cabe aclarar que te estoy halagando, por si no se notaba. Ambos encuentran la belleza en lo efímero de la cotidianidad.
Sé que fue tu cumpleaños y he ahí el porqué de este comentario, no hay mejor regalo para un escritor que el reconocimiento de sus lectores, al menos eso creo. Te mando un saludo y un gran abrazo a ti y a tu familia, éxito.
Qué amable, Olmo. Gracias.
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