—Y recuerden —continuó el capataz, sintiendo de pronto una inspiración mística— que no apilamos ladrillos, sino que construimos catedrales.
—Pensé que esto iba a ser una bodega —le dijo el hombre a su compañero. Ninguno había entendido la alegoría.
Fragmento del relato Una vida, que espero publicar algún día.
6 comentarios:
buenisimo, corto pero intenso, no soy un gran lector, y mi critica sea baratija, pero es la mia.
Todo va bien hasta que me doy cuenta de que yo tampoco entendí la alegoría. Saludos.
y ese relato irá junto con otros relatos Gus?
Ciertamente mística.
Sí entendí,¿no?
Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.
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