La fiesta infantil —acertadamente llamada “piñata” acá en el norte— es interrumpida por un golpe seco, tras el cual se libera un berrido. El barullo de los adultos se suspende cuando todos los ojos apuntan al área de juegos, donde los niños también se quedaron inmóviles en la posición exacta en que estaban. Una madre se propulsa fuera del asiento y corre por su criatura. El barullo se reactiva y los pequeños continúan sus juegos. No pasaron ni dos segundos.
6 comentarios:
continuará...?
Los niños siempre se andan cayendo.
jajajajajajaja y eso es cada cinco minutos
Linda narración.
Parece un eterno presente
Cosa de niños
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