23 de agosto de 2011

Fiestas y accidentes

La fiesta infantil —acertadamente llamada “piñata” acá en el norte— es interrumpida por un golpe seco, tras el cual se libera un berrido. El barullo de los adultos se suspende cuando todos los ojos apuntan al área de juegos, donde los niños también se quedaron inmóviles en la posición exacta en que estaban. Una madre se propulsa fuera del asiento y corre por su criatura. El barullo se reactiva y los pequeños continúan sus juegos. No pasaron ni dos segundos.

6 comentarios:

leopardo dijo...

continuará...?

Larva ♓ dijo...

Los niños siempre se andan cayendo.

Cabrón Insensible dijo...

jajajajajajaja y eso es cada cinco minutos

Anónimo dijo...

Linda narración.

Mistik8 dijo...

Parece un eterno presente

Isela dijo...

Cosa de niños