8 de febrero de 2011
Velas y Agua
Tanto bajó la temperatura, que mi ciudad se quedó sin energía eléctrica y sin servicio de agua. Las duchas se extrañaron, las músicas callaron, los escusados se espesaron, los trabajos se suspendieron. Pero la realidad me alarmó apenas cuando al recurrir al supermercado como proveedor de velas... lo encontré a oscuras. Las compras se seguían realizando en un ambiente penumbroso. Los compronautas atiborraban sus carritos con agua embotellada y comida enlatada. No había más velas, ni siquiera de las que se envasan con jesuses y júdases. La sección del pan dulce lucía estantes donde no había más que migajas y algunas donas aplastadas. Deseé tener un Rolex para ofrecérselo a alguien en intercambio por agua, solo para vivir la experiencia apocalíptica en su totalidad.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
6 comentarios:
¿judases?
Júdases
En el 2005 viví durante el huracán Wilma una experiencia bastante apocalíptica tenía una concepción glamorizada de como sería antes del evento, aunque en realidad fue bastante aterrador no por el huracán en sí sino por la histeria colectiva, la descripción mas cercana sería la de un Mad Max versión tropical.
Júdases. Es cierto. Gracias.
¿Ciudad Juárez?
¿Ciudad Juárez?
Oye, no es "escusados" es "excusados". Es indiferente si refiere a personas que están siendo excusadas o a los inodoros.
Publicar un comentario