Querido Guso Punto Com:
Antes de que puedas sentirte menospreciado o venido a menos, déjame te recuerdo que estoy muy muy muy orgulloso de ti. Durante mucho tiempo has ocupado un prominente lugar en mi vida y te he dedicado la mayoría de mis divagaciones y reflexiones. Es a través de ti que mis siempre atinadas y astutas observaciones pueden iluminar a tantísimos lectores y me has traído amigos y enemigos que hacen mi vida aún más interesante. Aquellas veces que me pierdo en la lectura de las entradas antiguas y recientes, me alegro de que existas como una fehaciente evidencia de mi vida y de lo que quiero ser.
A pesar de ello he sido ingrato, dejándote en el descuido y desmereciendo la calidad y cantidad de entradas que en ti plasmo. Las ocupaciones cotidianas de mi vida personal y profesional así lo provocan; aunque te confieso que sospecho que tiene más que ver con el hecho de que todos esos apuntes y destellos que antes gestaba contigo para generar una entrada, ahora son precozmente vertidos en Twitter o —peor aún— Facebook, sin darles la oportunidad de madurarse y expanderse. Con vergüenza te digo que recibo notificaciones sobre los comentarios que en ti dejan los lectores y los reviso directamente en el correo electrónico, totalmente descontextualizados, y que pasan semanas en que te visito sólo para copiar esos guiones largos que tanto utilizo y que en ningún teclado encuentro.
Por favor, no tomes esto como una despedida y mucho menos como una promesa o compromiso. Velo llanamente como lo que es: una muestra de mi conciencia y del pesar que me provoca todo esto. Sabes que por siempre estarás en los marcadores de mis navegadores.
Antes de que puedas sentirte menospreciado o venido a menos, déjame te recuerdo que estoy muy muy muy orgulloso de ti. Durante mucho tiempo has ocupado un prominente lugar en mi vida y te he dedicado la mayoría de mis divagaciones y reflexiones. Es a través de ti que mis siempre atinadas y astutas observaciones pueden iluminar a tantísimos lectores y me has traído amigos y enemigos que hacen mi vida aún más interesante. Aquellas veces que me pierdo en la lectura de las entradas antiguas y recientes, me alegro de que existas como una fehaciente evidencia de mi vida y de lo que quiero ser.
A pesar de ello he sido ingrato, dejándote en el descuido y desmereciendo la calidad y cantidad de entradas que en ti plasmo. Las ocupaciones cotidianas de mi vida personal y profesional así lo provocan; aunque te confieso que sospecho que tiene más que ver con el hecho de que todos esos apuntes y destellos que antes gestaba contigo para generar una entrada, ahora son precozmente vertidos en Twitter o —peor aún— Facebook, sin darles la oportunidad de madurarse y expanderse. Con vergüenza te digo que recibo notificaciones sobre los comentarios que en ti dejan los lectores y los reviso directamente en el correo electrónico, totalmente descontextualizados, y que pasan semanas en que te visito sólo para copiar esos guiones largos que tanto utilizo y que en ningún teclado encuentro.
Por favor, no tomes esto como una despedida y mucho menos como una promesa o compromiso. Velo llanamente como lo que es: una muestra de mi conciencia y del pesar que me provoca todo esto. Sabes que por siempre estarás en los marcadores de mis navegadores.
4 comentarios:
jajajaja me pasa lo mismo, pero entre mi blog y yo las cosas ya andan mejor. animo!
será éste el fin de blogspot?
noo gusooo soy ferviente admiradora tuya! c.loera.
awww, so cute (L)
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