No hemos sido advertidos. Ni siquiera lo notamos. ¿Cómo hemos sido tan inocentes? Los teléfonos celulares no sólo sirven para transmitir llamadas y datos: son también unos transmisores de gérmenes, bacterias y virus. Piénsalo: los manoseamos, los colocamos encima de prácticamente cualquier superficie —barras de cantinas, ventanillas de bancos, pupitres escolares— y luego nos los llevamos al rostro y les abrimos la bocota. Guácala.
1 comentario:
Imagino que para estos posts ni siquiera te es necesario el porrito inspirador, pero igual ya andando tostado si tienes la compu a la mano sale cual cagada en torzón, ¿no?
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