Me parece increíble qe, con 70 canales, nunca hubiera encontrado algo digno de mi atención. Ponía mi esfuercito, pero simplemente mi cerebro me saboteaba mandando a cerrar mis ojos y aflojando el músculo qe mantiene mi cabeza erguida. Ya fuera qe le diera al botón de power en mi control después de comer o para permitir al tiempo correr antes de salirme al reventón, el resultado era el mismo: la tele me ponía a dormir. Al despertar, me sentía burlado. Mira qe pagarle 350 pesos de los de hoy a la compañía de cable para qe simplemente me sirviera de arrullito.
Unos de esos domingos llenos de carne asada conduje de vuelta a casa y recordé tantas cosas. Qe la renta, qe el trabajo, qe el mandado. ¿Para qé soy tan responsable? Cansado sí estaba. Bastante. Pero me echaba las sábanas encima y me daba calor. Me las qitaba y me daba frío. Cubría solamente mis pies con ellas y como qe me los aplastaban. Me echaba sobre mi costado y una rodilla se me clavaba en la otra. Me echaba sobre mi espalda y la almohada no le daba a mi cabeza el ángulo necesario para la comodidad. Recordé mi inversión en arrillitos. Sin pantuflas, tomé rumbo al sofá y presioné mi botón de dormir. Se dieron las 6 de la mañana. Caray. Siete programas, de una hora cada uno, interesantísimos todos.
2 comentarios:
Al visitante número 100 mil, por favor repórtese para reclamar su premio.
el servicio de cable por lo general es tan malo pero tan malo que no puedes dejar de pagarlo
nunca vi que tenías un contador, yo soy el 100323, ya no aplica el premio??
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