Mas que un acto conciente y dirigido a alcanzar un estado ideal de existencia, la evolución es una serie de errores –y a propósito omito el “ensayos”- entre los cuales existe un bajísimo porcentaje al cual una especie puede sacar provecho. Así, de pronto un humano mutó su mano, saliéndosele el pulgar de la filita de los dedos para colocárseles retadoramente enfrente. La malformación pegó y míranos hoy: la epítome de la naturaleza.
Claro. No faltarán los greenpeacistas fanáticos qe digan “es qe es el hombre qién está acabando con su existencia”. ¿Y luego? ¿Acaso el hombre no es sólo un animal más en la competencia? Si no aguantan, qe mueran.
4 comentarios:
Los tarahumaras no deben extinguirse!!
Yo no tengo pedos con que salven animales que estan desapareciendo por nuestra culpa, pero las asociaciones para mongolitos y demás personas "con capacidades especiales"
Eso cabro! ya vez, ¿que te costaba?
¿Y, entonces, qué?, ¿te gustaría vivir sólo con ratones y cucarachas?, a mí no, por mí que sigan defendiéndolos.
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