No sé por qué, pero cada año cuando veo a los tordos cabeciamarillos me siento muy feliz.
15 de febrero de 2018
Aves y ciudades
Cada año llegan a la ciudad millones de tordos cabeciamarillos (Xanthocephalus xanthocephalus). Tradicionalmente se han apostado en los encinos (antes sicomoros) del camellón frente a Plaza Galerías y en los pinos de la Deportiva, pintando las copas de negro y amarillo enmedio de un ruido sobrecogedor. Últimamente se acomodan también en cables de electricidad por Walmart Juventud y ayer vi una parvada de tamaño considerable en los árboles de dos casas en San Felipe, pero no pude tomarles foto porque los árboles estaban en los patios interiores y desde la calle no se distinguían en la cámara del teléfono.
No sé por qué, pero cada año cuando veo a los tordos cabeciamarillos me siento muy feliz.
No sé por qué, pero cada año cuando veo a los tordos cabeciamarillos me siento muy feliz.
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