Por muchos años fui cantante en antros de Chihuahua con bandas en cuyos repertorios, junto a muchas canciones trilladas, se incluía “Creep” de Radiohead. Ahora estoy en una banda que de momento se dedica a interpretar canciones de Radiohead y, desde luego, “Creep” está incluida.
A pesar de que suele desdeñarse este tema de la banda de Oxford por su popularidad y por ser una de las más simplonas que hayan grabado, cantarla siempre me ha provocado una sensación que ninguna otra canción me brinda.
Los dos primeros versos con sus coros son un arrullo que se interpreta con facilidad, apenas moviendo la boca, como hablándola. Luego se requiere concentrarse un poco para hacer unos falsetes que, de no planear bien la respiración, podrían romperse y descomponer el momento. Llega entonces la mejor parte: dos notas sumamente altas, poderosas y largas, diciendo run, run. Estas notas requieren de todo el apoyo del diafragma y se dejan resonar en el cráneo para que exploten. Cuando las hago, siento las venas del cuello y de la sien hincharse y todo el sonido a mi alrededor es como si estuviera debajo del agua. Casi al final de la segunda llega una especie de mareo, de alucinación, un desprendimiento muy breve que luego se convierte en el primer respiro profundo para volver a murmurar. Whatever makes you happy, whatever you want.
1 comentario:
Me pasa lo mismo cuando intento cantarla... jaja Es una lástima que no posea el talento, pero la sensación es increíble!!!
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