27 de febrero de 2019

Amigos y despedidas

Sus patas se vencieron y dejaron de sostener el cuerpo. Ahí lo supe. Quedó tendido sobre el pavimento, su respiración agitada, sus ojos buscándome. Me acuclillé a su lado y puse mi mano en su cabeza.

Habíamos tomado una breve caminata para que lo viera el veterinario. Luego de cuatro días de unos aires brutales, el clima estaba en calma y a pesar de ser febrero se sentía un poco de calor. Maxo se veía animado y pasamos a la tienda a comprar bocadillos en los cuales esconderle las pastillas. Pero sus patas se vencieron y lo supe.

No pensé en urgencias ni en cómo darle atención médica. No pensé en desperdiciar esos minutos en ajetreos y carreras, cosas que Maxo detestaba. Sólo lo dejé mirarme, le acaricié la cabeza muy despacio, como le gustaba, y le agradecí por haber sido mi perro; por su compañía, lealtad y cariño. Un minuto después jaló mucho aire y ya no hizo nada más. Descansa en paz, Maxo.

16 de febrero de 2019

Memorias y canciones

Hay varias canciones que durante muchos, pero en verdad muchos muchos años, han sonado reiteradamente en mi cabeza. Hice el ejercicio de inventariarlas y pude enlistar cuatro. No son canciones que me gusten especialmente o que signifiquen algo importante para mí. De hecho sólo una de ellas es de una banda que escuche regularmente. No he logrado identificar qué las dispara, pero varias veces a la semana se activan espontáneamente  y sus coros se reproducen en mi cabeza.

La primera, la que es de un grupo que sí escucho, es “So it goes” de The Verve. Además, es la única que a veces se activa también verbalmente y me hace cantar el inicio del coro en voz alta. La segunda es “Dragula” de White Zombie, que me es tan ajena que incluso necesité googlearla para averiguar su título y anotarla aquí. Otro coro que suena reiteradamente en mi cabeza es el de “Superstar”, el cover que Sonic Youth le hizo a Carpenters. La última canción es la más extraña de todas, porque recuerdo claramente el video y su coro me es profundamente familiar, ya que suena en mi cabeza varias veces a la semana… pero estoy seguro de que no he escuchado la canción real en al menos treinta años: se trata de “When we was fab” de George Harrison. El video aparecía en Imevisión durante lapsos muertos en la programación.

Las imágenes musicales involuntarias son un trastorno de la memoria que el 90 % de las personas reporta sufrir al menos una vez a la semana. Esto lo aprendí en la escuela de psicología.

4 de febrero de 2019

Risas y vida

Pasamos Navidad en un pueblo llamado Medina, en el estado de Nueva York, muy arriba, casi pegado a Canadá. Ese año yo vivía con los Murphy, inscrito como estudiante de intercambio en la high school de otro pueblo mucho más grande que Medina pero mucho más chico que mi ciudad. A los 18, era la primera Nochebuena lejos de mi familia. No me sentía muy bien. 

En Medina vivían los padres de Barb, la mujer que me recibió en su casa. El señor tendría unos noventa años y casi no escuchaba. Alertado de que en esa casa no había televisión y que por la nieve sería poco lo que pudiera hacer afuera, llevé conmigo una antología de tiras de Calvin y Hobbes. El anciano encontró el libro y se pasó toda la cena recargado en la barra de la cocina leyéndolo, explotando en unas roncas e incontenibles carcajadas que lo hacían mostrar el interior rosado de su inmensa boca sin dientes. Lo estuve observando y hasta hoy, 22 años después, creo que es la vez que más feliz he visto a alguien. Así de fácil puede ser la vida.