27 de julio de 2018

Fotos y calendarios

Me detuve frente al 715 de la Nicolás Bravo y clic tomé una foto. Edificios y casas abandonados o en en ruinas son un tema recurrente en mi cuenta de Instagram. Seguí caminando.

Más tarde, revisando mi Timehop, me encontré con que hacía exactamente un año también había subido una foto de la casa 715. Considerando que camino por la Nicolás Bravos tres o cuatro veces a la semana y que acostumbro fotografiar edificios y casas abandonados o en ruinas no debería sorprenderme que le sacara foto a la misma fachada más de una vez, pero que lo hubiera hecho en la misma fecha sí me perturbó un poco.

Pasé el resto del día pensando en el azar, en las rutinas, en la causalidad y en el determinismo.

22 de julio de 2018

Equipos y familias

La selección nacional es como nuestra familia: la amamos, la celebramos, nos sabemos parte de ella… nos tocó. Los clubes son como los amigos: los elegimos para compartirles nuestra pasión.

Nuestra afición por un club es profunda e intensa, pero no incondicional. Siempre queda la posiblidad de que algo suceda que nos haga cambiar de camiseta para abrazar un nuevo color. La venta de un jugador, apoyar alguna causa política o restricciones en los acceso al estadio pueden llevar a un aficionado a renegar de su escuadra y buscarse otra. Como con los amigos.

Con la selección es más difícil. Renunciar al equipo nacional sólo podría suceder luego de algo extraordinariamente grave. Nadie entendería nuestro proceder e incluso el renegado del once del país tendría que vivir su autoexhilio en secreto. Además, jamás podría adoptar otro color, al menos no de manera legítima. Como con la familia.