
Si recurrimos a una definición simplista de los términos “taco” y “burrito”, en efecto encontraremos que uno se explica como el platillo en el que se coloca un guiso adentro de una tortilla de maíz, mientras que el otro es lo mismo pero en una tortilla de harina de trigo. Sin embargo, la génesis de cada platillo obedece a factores de corte pragmático diferentes. En el taco, la tortilla de maíz se asume como sustituto de los cubiertos, es el utensilio con el cual nos llevamos el guiso a la boca. Por su parte, la tortilla de harina de trigo del burrito no cumple las funciones de un cubiertos, sino que es un empaque para transportar el alimento. Entenderlo así es claro al pensar que los tacos no son un platillo que pueda consumirse –al menos fácilmente– caminando y que suelen prepararse en el momento en que se sirven, mientras que el burrito es una comida empacada que puede moverse cómodamente con quien lo consume y que puede confeccionarse horas o incluso días antes de comerse.
3 comentarios:
Oye zi.
Yo sigo virgen de comer burritos.
esto es lo peor que he leido
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