5 de mayo de 2012

Lobos y niñas

Era un cachorro hembra de humano. Nunca antes había visto uno, pero mi padre y los lobos viejos de mi manada original me habían contado de ellos. Parecía moverse lo más rápido que podía, lo cual era bastante lento. Lo más extraño era su trayectoria: seguía una línea claramente marcada en el terreno, libre de matorrales y árboles. Cualquiera que la acechara podría pronosticar con certeza sus siguientes pasos.

Fragmento del relato El buen lobo, que espero publicar algún día.  



3 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Excelente!

MadNess dijo...

quiero hacerme seguidor tuyo pero no sé cómo

Guso dijo...

Procuro publicar martes y sábados. Asómate esos días.