Era un cachorro hembra de humano. Nunca antes había visto uno, pero mi padre y los lobos viejos de mi manada original me habían contado de ellos. Parecía moverse lo más rápido que podía, lo cual era bastante lento. Lo más extraño era su trayectoria: seguía una línea claramente marcada en el terreno, libre de matorrales y árboles. Cualquiera que la acechara podría pronosticar con certeza sus siguientes pasos.
Fragmento del relato El buen lobo, que espero publicar algún día.
3 comentarios:
¡Excelente!
quiero hacerme seguidor tuyo pero no sé cómo
Procuro publicar martes y sábados. Asómate esos días.
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