Recién habían empezado su vida como matrimonio. Ella seguía en la universidad y eran todavía tiempos en que él se hacía cargo de todos los gastos de la recién inaugurada familia. “Te recuerdo que se acerca mi cumpleaños y que para el tuyo te obsequié una computadora y el viaje a la playa”, le dijo él a ella un día de junio. La esposa se quedó en silencio, como pensando y calculando, hasta que dijo “Muy bien: dame ocho mil pesos para comprarte algo”.
2 comentarios:
A mi me gustó este relato, es divertido.
Bien por K!!!!!
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