Erramos y reaccionamos con trazos desesperados e impulsivos que buscan desaparecer el error, pero que solo logran recalcarlo. El tachón se convierte en el protagonista. Ver la página es ver el error antes que las letras. El tachón obvia que ahí se falló. El error ya no es invisible, sino que adquirió dimensiones inmensas. El tachón es la ironía en su más pura representación.
4 comentarios:
¿Y cómo no encontrar un orden implacable sobre un papel preñado de tachones?
¡Ah~! Me ha encantado la última frase: "El tachón es la ironía en su más pura representación".
Lindo Guso. @Verborum
Me declaro un fiel lector. Excelente el cierre.
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