19 de julio de 2011

Personas e Instituciones

Son muchas las cosas para las que nos desnudamos y una de las tantas situaciones en que lo hacemos frente a otros es la ocasión médica. Nos quitamos tapujos —muy literalmente— frente a esos hombres y mujeres que, respaldados por una institución de salud, así nos lo solicitan. Sus físicos e indumentarias nos recuerdan que no estamos encuerados frente a tal o cual persona, sino frente al profesional de la salud para quien los cuerpos son meramente campo de trabajo.

Aquella vez fui ingresado al cubículo tres del hospital, portando yo mismo las medicinas y las jeringas para meterlas en mi cuerpo. Me recibió una médico, quizá no de mi edad exacta pero sí de mi generación y, para mayor humanizamiento, ataviada en pantalones de mezclilla y blusa ligeramente escotada. No me quité nada. Qué escándalo. Primero muerto —muy literalmente—.

2 comentarios:

Valencia Nájera dijo...

+1.

Anónimo dijo...

Hipster zanahoria.