7 de junio de 2011

Émbolos y Ardores

Se recuesta sobre la piel y la presiona formando un surco por el que se desliza. A través de un punto de ardor se empuja hacia adentro. El émbolo intenta generar vacío pero el espacio es rápidamente ocupado por el viscoso líquido que pensamos rojo pero que cuando es el propio parece más púrpura que otra cosa. Se retira convirtiendo el pequeño punto de ardor de la entrada en un largo canal de ardor de salida. Flexión. Parche. Listo.

1 comentario:

Cabrón Insensible dijo...

Qué escabrosa descripción. Al día de hoy tengo que fingir que no me dan miedo las agujas.