El cojo se sabe cojo, tal y como el anteojado se sabe anteojado. Tan se sabe cojo el cojo, que hasta a un dicho de esos de supuesta sabiduría popular ha dado lugar: “sabe de qué pata cojea”. Por eso el cojo es precavido y no se acerca a aglomeraciones y se anda con la vista hacia abajo revisando dónde pisa con su único pie, siempre detectando de dónde se pueda asir si así lo requiriese.
Por su parte, el hablador sabe que cojea de otra pata. El hablador habla y cuida lo que habla. No quiere ir a hablar cosas que luego le provoquen situaciones indeseables. Y, aunque no está exento de alguna vez caerse, no es esa su principal preocupación ni valdría la pena que dedicase sus precauciones a ello. Por todo esto es que, naturalmente, antes cae un hablador que un cojo.
12 comentarios:
Das mucha flojera, tírate a un pozo
Te llevas ese bigotito pedorrisimo y esas gafas igual de pedorrisimas que tú
Yo estoy de acuerdo, en serio que das hueva, eh?
Mira que de lo que hablas se ha expresado en los comentarios.
Yo por eso no hablo cuando cojo.
No entiendo porque entrar a este blog si te da "hueva" pensar... andale al tv notas
Y cuando despertó el blog seguía allí.
Necesitas mejorar mucho para empezar a escribir bazofias
¬¬
no se si reirme o llorar
Y cae más pronto un hablador si es cojo ;) Saludos, mi buen, acabo de descubrir tu blog y lo estoy disfrutando deveras.
Toda mi vida pensé que se trataba de una metáfora, y pues no, es simple y sencillamente la probabilidad de que suceda un hecho factible, basado en la lógica, la anatimía y la física.
@Delafont_
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