7 de diciembre de 2010

Parejas y Penumbras

El auto se detuvo abrúptamente porque ella jaló la manija para abrir la puerta. Él vociferó que le podía decir las cosas como y cuando quisiera. En chillidos —que no llorando—, Novia respondió insultándolo con palabras no apropiadas para una damita de su edad y condición social. Volvió a moverse el auto, solo para detenerse unos metros más adelante, donde ahora sí Novia se apeó para dejar que Novio arrancara friccionando al máximo sus neumáticos contra el pavimento, saturando la esquina de un sonido agudo y olor a hule caliente. Tras esperar a que el auto desapareciera de su vida, Novia se caló la blusa, se lanzó el bolso al hombro y comenzó a caminar con la naturalidad de quien va a la tienda de la esquina.

Este es el tipo de cosas que veo, empenumbrado, cuando fumo frente a la puerta de mi casa.

3 comentarios:

no orto dijo...

Malditos adolescentes y viejas chismosas.

Edgar dijo...

Caucho.

Alberto Ard dijo...

¿En qué quedamos?: Abruptamente no lleva acento, papacito...