Pero hay esas ocasiones en que los que suelen ser despertados a las 7:45 deben hacerlo a las 6:15; los de las 8:30 a las 6:00 y un pobre de las 7:30 a las 4:45. Las más de las veces estos casos se relacionan con carreteras o aeropuertos. La noche anterior revisa uno la programación del despertador con reiterada obstinación, pero igualmente se va a dormir intranquilo. Los sueños soñados van de aviones perdidos y citas no alcanzadas en ciudades lejanas. Al menos cada 20 minutos uno de los ojos se abre. Cada 40, una de las manos levanta el despertador. Cuando finalmente el despertador se acciona, el sonido es recibido con una sensación que no puede ser llamada sino alivio y la angustia termina.
4 comentarios:
Mâyha es una persona muy pendeja, en mi humilde opinión.
Sí, ya lo sabía, gracias.
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