A las 9 de la mañana las cortinas de hierro comienzan a replegarse, revelando las vitrinas de zapatos, ropas, chucherías, banderillas y espiropapas. Atravesando el corredor por el medio, una larga larga hilera de bancas es poblada por pequeños grupos de bandos que esperan a que sus negocios abran. Las conglomeracioncitas son fácilmente distinguidas por los colores de sus camisetas polo: los de Milano son todos rojos, blancos los de zapaterías Tres Hermanos, beige para los de la Estación Combate (que proveedora de café abrió más temprano) y en azul los de Woolworth.
5 comentarios:
ok, eso ya lo sabia, ¿y luego? ¿a donde están esos comentarios sagazes que acostumbras?
Siempre me han intrigado los uniformes. Por más uniformes que intenten hacer las vestimentas, la gente, en especial las chicas, se las ingenian para "personalizar" de alguna forma sus indumentarias de trabajo. Aunque hay algunos uniformes que deberían ser considerados crímenes de lesa humanidad, como los de neve gelatto. ¿A quién se le ocurrió inventar esas gorritas de panqué desinflado?
¿Panqué desinflado? ¡fotos!
Creo que de los uniformes que más he odiado, es el de LANS, la tienda departamental. Estamos en un clima tropical, donde casi todo el día hace calor y te piden que uses manga larga aún en verano. Pobrecitas, luego cuando salen de trabajar, las ves en el camión asfixiándose.
Recuerdo esa calle en mi viaje relámpago a Chihuahua, pues por primera vez vi las botas de "Patito", estaban colgadas fuera de la cortina de algún negocio popular.
Uniformes?? Las meseras de Samborns!! Piñatitas... literalmente.
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