Vidas y Noticias

Dos niños fueron muertos a balazos por militares en el estado de Tamaulipas. Eran hermanos y tenían nueve y cinco años. Al momento de ser baleados, volvían de algún naco día de campo trepados en la caja de una camioneta. En el minuto y medio que los noticieros le dedicaron al caso, pudimos ver a los padres enterraron a sus hijos vistiendo camisetas de Mickey Mouse de segunda mano y pantalones de mezclilla recortados.

En el estado de México, una niña fue encontrada muerta en su recámara después de estar desaparecida por diez días. Todo sucedió cuando su madre recién regresó de un fin de semana en Los Cabos. En las horas y horas y horas que los noticieros le dedicaron al caso, pudimos ver que la pequeña tenía un cuarto decorado a colores y con una considerable colección de muñecos de peluche.

A los que tenemos Internet y seguimos las noticias por televisión, el primer caso nos parece ajeno, de alguna dimensión paralela con la que nuestra realidad jamás se encontraría. Nosotros no viajamos a playas públicas con 12 parientes subidos en la caja de una camioneta. Nosotros no usamos ropa de segunda mano para asistir a funerales. Nosotros somos como los otros. Nosotros tenemos hijas que se fotografían vestidas como las princesas de Disney.