Cada qe nos llega el diciembre se desata la euforia de los “tops”, sobresaliendo la necedad esta de enlistar los mejores álbumes musicales editados en el año qe aún respira pero qe ya qeremos enterrar. Pitchfork Media fue por mucho tiempo el principal indicador musical para nosotros los intelectuales alternativos, siendo su lista anual de los mejores 50 una especie de encargo obligatorio para todo aqel qe se jactara de estar en onda. Ahora Pitchfork ha sufrido un agringamiento grotesco –y eso qe es gringo- qe lo ha dejado muy lejos del buen gusto y más ocupado en qedar bien con el creciente mercado del hip hop. Con decirte qe de su lista de este año, sólo tengo como seis discos. Friendly Fire – Sean Lennon. Qe duro ser músico y apellidarte Lennon. Qizá por eso Sean se mantiene lejos del satanizado mainstream, haciendo su rock con amigos y siempre casero. No sé, qizá sea sólo mi percepción en este momento, pero igual y es precisamente este Friendly Fire mi campeoncito del año. Rock, folk, electrónica minimalista, arreglos orqestales, voces beatlescas y especiamente un sentimiento de nostalgia y ñoñés qe logran ponerme sentimental.
Meds – Placebo. Nancy Boy fue ofrecido(a) en sacrificio como muestra de la nueva etapa de Placebo. Me fascina como Brian Molko puede ser a la vez tan obseno e inocente en sus letras. Todo mundo dice qe con este disco Placebo volvió al sonido crudo de sus inicios, pero realmente yo creo qe el sonido crudo nunca lo perdieron, amén de qe Meds no está para nada exento de sintes y beats y electrónica.
Mr. Beast – Mogwai. Más post-rock, qe últimamente es como qe el único modo de qe acepte en mi colección nuevos grupos con guitarras. Nombre muy atinado para un disco tan salvaje y adrenalínico.
Saturday Nigh Wrist – Deftones. El rock pesado y yo nunca nos peleamos ni nos dejamos de hablar, pero es muy cierto qe ya no nos acoplamos y sólo nos saludamos de lejitos. De cualqier modo, Saturday Night Wrist es una pieza qe representa honorablemente lo qe el rock puede ser aún. Riffs ponchados y la desgarrada voz te comparten dramáticamente de su desesperación y frustración, lejos de las ridículas poses del emo.
The Drift – Scott Walker. Tener más de 50 años no significa qe no puedas producir música controvertida e innovadora. La inconfundible voz de Walker ahora aparece en este disco con una producción realmente impresionante lograda en más de un año y medio. De los pocos álbumes que he escuchado qe se atreven a experimentar en la mezcla.
7 comentarios:
no se como explicarte que el four tet es del año pasado y deberías escuchar a califone y a los junior boys y quitar a damien rice y a placebo.
y en efecto, mamaron los de pitchfork en no meter a mi padre Thom dentro de los 50 mejores discos, y mamaron aun más en no incluir ni siquiera una triste rola (Atoms for Peace, anybody??)en las 100 rolas del año. chale, ya no hay valores.
Diablos. Es verdad. El de Four Tet es del 2005. ¿Lo cambio o así lo dejamos?
Califone y Junior Boys han sido debidamente escuchados. Y de seguro te enviaron los de Pitchfork a intentar qe qitara a Damien Rice, después de qe ellos le dieron 2.5 de 10 puntos.
a webo, soy un mercenario al servicio de pitchfork, provida y el opus dei.
Claro que estuvo de weba!! a la otra pon a lo mucho tus tres favoritos, y si es posible, mejor ninguno!
Blackholes & revelations - Muse es muy bueno y ni siquiera lo mencionas
Iba a mencionar a Muse como la decepción del año, pero les tengo cariño.
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