Estábamos en Bershka. Malditos. La tienda de Chihuahua no tiene ropa para hombres. Debería existir algún término para designar políticas y actividades de desigualdad en perjuicio del hombre.
Pero estábamos en Bershka. Dos chavos estaban dentro con cara de estar esperando a qe sus nenas surgieran de entre las cortinas de los probadores. Como acostumbre, me esforcé por escuchar su conversación. Platicaban seriamente sobre su manera de vestir: qe estilos les venían bien, qe intentaban proyectar con su vestimenta y cosas así. Pensé algo. Se lo compartí a Kathy: en los hombres, a menos qe seas fotógrafo o músico, hablar de moda y estilo te hace ver gay.
Bárbaro. Ojalá alguien se anime pronto a recopilar y publicar un libro con mis mejores