El chavorruco coloca figuritas de Star Wars en su espacio de trabajo. Usa tenis los fines de semana cuando va a una carne asada y se calza unos Converse impecables o unos Nike de correr. Sale a noches de los noventa y los ochenta. El chavorruco se aferra a su juventud y la estira más allá de sus treinta o cuarenta. Presume de mantenerse jovial, pero su juventud es en realidad una patética nostalgia.
Como vatoñor, me asumo como un adulto que pasa de los cuarenta y que mantiene un estilo de vida contemporáneo. Mantengo los tenis a lo largo de la semana. Sé quiénes son Él Mató a un Policía Motorizado. El vatoñor disfruta su madurez y no cree que tiempos pasados fueron mejores.
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