22 de septiembre de 2009

Corderos y Peces

Algo que me cae bien gordo de las doctrinas cristianas es esta onda del acatamiento, la pasividad y la sumisión. Me causa tanta impotencia cuando, tras la desgracia de alguien, lo único que le aconsejan es "Dios sabe por qué pasan las cosas". ¿Qué clase de resignación es esa? ¿Cuál es nuestro papel, entonces? ¿Nos corresponde nada más sentarnos a dejar que nos pasen cosas y esperar que en algún momento Dios nos aclare los porqués?

9 comentarios:

chihiro dijo...

pero lo peor!! el: "por mi culpa, por mi culpa, por mi grande culpa"... osea repitelo con firmeza hasta tres veces (como brujitos, pero claro qeu la iglesia jamas aceptaria esto, o como mantras..oo como qieran llamarle)para que se te grave en tu conciente sombrio qe tu y solo tu eres el hereje qe se merece cualquier desgracia..en con esta reverendisima culpa cegarnos para no ver la verdadera razon aunada generalmente a una solucion o direccion sencilla y libre...

mon dijo...

got it.

Erion dijo...

para tan resonada frase está una de su adoradísimo chuchín: "Ayudate que yo te ayudare".

Por fin, o ¿hacemos? ó ¿nos hacemos?

Erion dijo...

Fé de erratas:

En donde dice "Ayudate" debe decir en realidad "Ayúdate".

Tasta dijo...

Dios NUNCA aclarará los porqués.

Guso dijo...

La resignación no es un acto pasivo. No es un sometimiento. La resignación requiere de ponerse los zapatos y ponerse a caminar, no de sentarse en la banqueta a esperar que deje de llover.

Calíope dijo...

Claro... y el libre albedrío cómo para qué sirve si al final Él decide por nosotros? Si eres bueno porque te quería junto a él, si eres malo... no es que lo merecieras pero... ps algo hay de eso...
Who knows...

Ll dijo...

Dios te bendiga, Gustavo

Mariana dijo...

Yo lei un libro llamado Cuando la gente buena sufre