De pronto me aparezco en los antros. Si no hay que perder tiempo en líneas para entrar, me infiltro en uno de esos edificiotes que cada año cierran para resucitar al siguiente con un nuevo nombre y la misma música. La gente me parece cada vez más jóven y recuerdo cuando yo era como ellos y debía forcejear y rogar para comprar una cerveza caliente. Ahora sé que ser un treintañero vestido con saco y una playera de Radiohead y con barba le dota a uno de un excelente servicio. Qué importa que no haya saludado a nadie.
5 comentarios:
jijiji el síndrome de Peter Pan comienza a manifestarse
o si, yo recuerdo aquellos dias, en donde entrar a la quinta era toda una agonia, el nombre del tipo de la puerta si mal no recuerdo era Jerry.
pues si, piensan: este wey si tiene jale, no nos va a dejar colgados con la cuenta.
Este fin fui a la novatada de mi alma mater y apliqué los conocimientos nacidos de mi experiencia: Llegar tempra, estar cerca de la barra (libre), tomar un chingo a madre, etc.
Ahhh qué bonito!! jajaja
vi el video de nookie de limp biskit en vh1
y decia "clasicos"
todavia no me repongo del golpe....
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