21 de septiembre de 2008

Jaulas y Sarna

Mi papel de padre logró que, tras más de 25 años, me volviera a meter a una de esas grandes carpas de colores ataviadas con cientos de focos y triangulitos de colores, con casas rodantes a su alrededor. El acomodador me ofreció en veinte pesos mejores lugares de los que había pagado, lo cual me generó bastantes ideas que podría venderl a los productores de esas campañas contra la corrupción.

Un oso encuspidó una pirámide conformada por cuatro leopardos y dos panteras. Un acto incluyó un toro y un asno. Sí: un toro y un asno en el circo, como si fuera feria ganadera. El anunciador también presentó algunos animales que ni siquiera existen, como el "mulasno", supuesto pariente cercano de las cebras. En un pequeño corte comercial, Anunciador incitó a los niños a adquirir antenitas del Chapulín Colorado y espadas de He-Man. Supongo que el pobre no ha visto la televisión desde 1987.

Buen porcentaje de los protagonistas eran niños, hecho que me recordó aquella antigua reflexión que vivía yo a mis 8 años, sentado en las butacas de otros circos: ¿van a la escuela los niños cirqueros? ¿dónde viven? Esto mismo medité mientras vi a un padre aventar a su hija piruetosa y cacharla para volverla a lanzar. Eso mismo continuó en mi cabeza mientras los niños motociclistas salieron de una esfera de metal y convirtieron sus cascos en depositarios de monedas que los generosos les cooperaban, ya que Anunciador explicó que no había compañía de seguros que se animara a venderles una póliza.

Y nos fuimos. Y dejamos a Niña Piruetosa con su papá, y a un Tarzán al que también le dijeron Julio César, y a un domador obeso que supongo será tentador para los cuatro leopardos y las dos panteras, y a unos jóvenes malabaristas que no sé con quién podrán tener sexo, y a unos niños motociclistas cuyo seguro de vida cabe en un casco pero que su futuro está atrapado en una esfera de metal, y a una chimpancé originalmente bautizada Chita, y a Anunciador —un hombre que ha estado encerrado en la carpa del circo desde 1987—, y a un toro y un asno que fueron adquiridos por el circo como pilón cuando compraron cuatro leopardos y dos panteras, y a un mulasno que quizá en realidad era un unicornio con el cuerno amputado.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

al final no dijiste a donde fuiste...

Shellwyz dijo...

Los circos casi siempre se me han hecho malpedo.

Especialmente por los animales hacinados y alienados.

Anónimo dijo...

Un unicornio con el curno amputado: eso era.

Mulasno! Bah!

Anónimo dijo...

En el primer párrafo e falta una letra.

Anónimo dijo...

Ves, así como a mí en el comentario anterior.