Cuentos y Lágrimas

Leí un cuento corto. Se trataba de un niño de 9 años, enfermo, a quien su padre y el médico toman la temperatura y descubren que es de 102 grados y entonces el papá intenta leerle una historia para que se duerma, pero el niño ni le presta atención a la lectura ni se duerme, sino que sólo se queda mirando como a través de las paredes, y pues el padre sale un rato a cazar y regresa y el niño sigue con la mirada extraviada y le intenta leer otra vez pero el niño no atiende y pues el padre le toma la temperatura de nuevo y le dice al niño que tiene 100 y el niño, solemne, pregunta que a qué hora va a morir y el padre le dice que no sea bobo, que no va a morir, pero el niño le dice al padre que él recuerda que en su escuela de Francia le dijeron que una persona al alcanzar los 44 grados se muere y que pues él ya tenía 102 y que por lo tanto se iba a morir y pues el padre le explica que ese es otro termómetro, que era como hablar de millas y kilómetros, y que no se va a morir, pero pues el pobre niño llevaba todo el día pensando en eso y al saber que estaba equivocado se quedó finalmente dormido y al otro día lloraba por cosas sin importancia. Eso leí y lloré.