17 de septiembre de 2006

Definiciones y Plagios

abandonar, v.tr. Otorgar el beneficio de qe alguien se libere de usted.

aberración, s. Cualqier desviación mental de otra persona -en relación con nuestros propios hábitos mentales- qe no nos parezca suficientemente grave como para llamarlo locura.

admiración, s. Nuestro cortés reconocimiento a qien se asemeja a nosotros.

alivio, s. Despertarse temprano, en una mañana fría, y descubrir qe ese día es domingo.

año, s. Un periodo de 365 decepciones.

conocedor, adj. Especialista qe sabe todo sobre algo, y nada sobre todo lo demás.

conservador, adj. U.t.c.s. Político enamorado de los males existentes, diferente del político liberal, qe desea reemplazarlos por males nuevos.

egoísta, adj. U.t.c.s. Persona de pésimo gusto, más interesada en sí misma qe en mí.

filosofía, s. Ruta con muchos atajos, qe lleva de ninguna parte a nada.

hombre, s. Animal tan extraviado en la complaciente contemplación de lo qe cree ser qe no tiene en cuenta lo qe indudablemente debería ser. Su ocupación principal es la exterminación de otros animales, así como la de los de su propia especie; a esta última, sin embargo, la multiplica con tanta insistencia qe infesta toda la tierra habitable, incluso Canadá.

inglés, s. Idiota tan arrogante y reservado qe pocos escritores consiguen familiarizarse con él.

inmigrante, s. Ser ignorante qe supone qe un país es mejor qe otro.

nariz, s. Protuberancia del rostro humano, qe comienza entre los ojos y termina en los asuntos ajenos.

papi, s. Padre a qien sus hijos vulgares no respetan.

salsa, s. Único signo infalible de civilización y cultura. Un pueblo sin salsa tiene mil vicios, un pueblo con una salsa sólo tiene 999 vicios. Por cada salsa inventada y aceptada, se renuncia a un vicio y se le olvida.

teléfono, s. Invento del Diablo qe anula algunas de las ventajas de mantener a distancia a una persona desagradable.

Tomado de El Diccionario del Diablo, por Moisés Núñez Rosenfeld aparecido en la revista Algarabía número 28 año IX, pp. 52-56. Por su parte, Moisés lo tomó de El Diccionario del Diablo de Ambrose Bierce, editado por Valdemar en el 2005 y traducido por Eduardo Stilman. ¿Te fijas cuánta gente está involucrada en este post? ¿O será qe ya nadie es original?

1 comentario:

DuVeth dijo...

No sé si haga falta originalidad para llegar a genialidades... pero me da gusto haberlo encontrado.

Ahora me siento un poco mas sarcástica que ayer.