29 de enero de 2011

Tildes y Máquinas

Pero ¡ah, qué necedad con aquello de “las mayúsculas no se acentúan”! Las educaciones que recibimos en las escuelas primarias así nos adiestraron y casi todos los mexicanos hemos pensado, al menos por un tiempo, que una letra alta no requiere que se le coloque su tilde. Algunos incluso llegan a caligrafiar exclusivamente en mayúsculas so pretexto de evitarse el estarle poniendo esas rayitas que a muchos parecen obedecer a reglamentos y cálculos complejos y oscuros.

Esa información es tan falsa como difundida y, por alta que esté, toda letra se tilda cuando así lo requieren las normas, que tampoco son necedades sino que aseguran el correcto entendimiento y pronunciación de las palabras. Aquí lo interesante sería saber quién fue el primero que promulgó la apócrifa ley. Yo fervientemente creo que fue alguien con máquina de escribir.

25 de enero de 2011

Protocolos y Pragmatismos

Entiendo que la Real Academia Española desempeña un papel meramente descriptivo y no normativo. De cualquier modo, me queda claro que los más recientes cambios admitidos a la ortografía de nuestra lengua representan una cesión al vulgo, una posición apática del tamaño de un “háganle como quieran, lo que todos usen se toma por bueno”.

No soy un purista necio, pero tampoco un dogmático del pragmatismo. Valoro el estilo, la alcurnia, el protocolo que separa al que sabe del que no sabe. Esos “solo” podrán entenderse sin su acento diacrítico tal y como la ensalada puede comerse con el tenedor más grande a nuestra izquierda. Sin embargo, el que sabe cuál tenedor es para la entrada y cuál para el plato fuerte siempre podrá mirar con donaire al que no. Ambos se alimentarán, pero uno lo hará con más distinción que el otro.

15 de enero de 2011

Frutas y Pelotas

Son tantas y de tantos tipos las diferencias que tenemos con los estadounidenses. Tan cerca que estamos. Tan solapados que están nuestros territorios.

Una de estas diferencias, y no precisamente la más comentada, es el modo en que lidiamos con el cáncer. Así, ellos miden los tamaños de sus tumores en pelotas de deportes. Nosotros lo hacemos en frutas. “Le extirparon un tumor del tamaño de una pelota de golf” y “es que tiene un tumor del tamaño de una pelota de beisbol en el estómago”, dicen ellos. “Le extirparon un tumor del tamaño de una ciruela” y “es que tiene un tumor del tamaño de una naranja en el estómago”, decimos nosotros. Y eso describe de manera extensísima la idiosincrasia de ambas culturas.

12 de enero de 2011

Prendas y Reflexiones

Preguntó qué era una casa de empeño, no porque a sus cinco años le fuese un tema particularmente interesante, sino porque la ávida práctica de sus recién adquiridas habilidades de lectora la llevó a leerlo en algún camión urbano habilitado como cartelera publicitaria. “Pues es un lugar al que vas cuando necesitas dinero. Ellos te prestan el dinero y tú les dejas algo tuyo... como tu teléfono celular, por ejemplo”. Por el silencio que siguió, asumí que estaba reflexionando el concepto, pero me di cuenta de la verdadera dirección de sus preocupaciones cuando preguntó “y, ¿si alguien te llama?”.

8 de enero de 2011

Velas y Pueblos

Asesinaron a su hija y a nadie le importó. Liberaron al asesino confeso de su hija y a nadie le importó. Caminó de Cd. Juárez a Chihuahua para solicitar justicia y a nadie le importó. Averiguó dónde estaba el asesino y a nadie le importó. Se plantó afuera de Palacio de Gobierno con pancartas y mantas reclamando la justicia que por derecho le correspondía y a nadie le importó. La asesinaron en la acera, frente a la entrada principal del Palacio de Gobierno.

Antes de que siquiera se secara el oscuro charco de sangre, se colocaron algunas veladoras en su memoria. Luego otras. Y otras tantas. Y en unos cuantos días las veladoras formaron un perímetro alrededor de Palacio de Gobierno. Hoy las veladoras son celosamente custodiadas por los chihuahuenses. Si desaparecen algunas, de inmediato se coloca un cartel acusando al gobierno de robaveladoras. Si alguien intenta recolocar algunas para que no obstruyan las entradas, se arman tremendos alborotos. La prensa está siempre pendiente del estado de la fila de veladoras y acusa eficientemente cualquier cosa que pudiese pasarles. Esas veladoras sí que nos importan.


5 de enero de 2011

Ciclos e Inicios

¿Qué pensará la Tierra de que celebramos sus vueltas? ¿Qué sentimientos de ternura o decepción le provocaremos? ¿Qué tan insignificantes nos encontrará cuando, enmedio de su girar interminable, elegimos un punto tan cualquiera como los demás y lo marcamos como final y como inicio y lo vitoreamos?